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(Caracas. 03/06/2016) El diario estadounidense The Washington Post publicó este viernes un editorial en donde resalta la labor del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en pro de restablecer el Estado de Derecho en Venezuela.

A continuación, el texto en su integridad:

A medida que Venezuela se ha hundido en el caos económico y una crisis humanitaria, sus vecinos del hemisferio, incluyendo los Estados Unidos, han mirado hacia otro lado. Irresponsablemente, proponen “diálogo” entre el régimen del presidente Nicolás Maduro, y la oposición, haciendo caso omiso de las violaciones flagrantes del gobierno al orden constitucional y democrático y su permanente negativa a negociar en serio.

La notable excepción a este triste historial diplomático ha sido Luis Almagro, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos. Desde que asumió el cargo hace un año, el ex canciller uruguayo ha reavivado la organización regional una vez moribunda, al convertirse en un elocuente defensor de la democracia y los derechos, humanos. Esta semana el Sr. Almagro sorprendió a sus compañeros tímidos hombres de estado proponiendo que la OEA revise formalmente la adherencia de Venezuela a la Carta Democrática Interamericana, un tratado de 2001, que une a los miembros de la OEA a las normas democráticas y prevé una acción colectiva cuando son violadas.

En una carta de 132 páginas al Consejo Permanente de la OEA, el Sr. Almagro ha documentado violaciones del barrido del gobierno de Maduro el estado de derecho y la creciente crisis humanitaria causada por la escasez alimentos, medicinas y de energía. Él pidió la liberación inmediata de los presos políticos y medidas para reparar las instituciones y combatir la corrupción. Lo más importante, destacó que un referéndum revocatorio del Sr. Maduro, buscado por la oposición y previsto en la Constitución, debería celebrarse este año. “De eso depende la democracia en Venezuela”, concluyó el informe.

La buena noticia es que la acción audaz del Sr. Almagro llevó al consejo permanente de la OEA a convocar su primera reunión en Venezuela en dos años – a pesar de la postura bufonesca del Sr. Maduro, quien llamó a una manifestación en Caracas para decirle al señor Almagro “atacar” su informe. La mala noticia es que la cobardía y burdos cálculos políticos por parte de los miembros del consejo le llevan a emitir otra apelación anodina de “diálogo”.

La falta de respuesta fue orquestada por Argentina, a pesar de que su nuevo presidente, Mauricio Macri, dijo después de su elección en noviembre pasado que apoyaría la acción colectiva en contra de la violación de las normas democráticas en Venezuela. Eso fue en aquel momento; la Canciller de Macri ahora tiene la esperanza de ser electa como próxima Secretaria General de la ONU, y así está ansiosa de apaciguar a Venezuela y su menguante grupo de aliados.

Al menos Buenos Aires tiene una excusa. El gobierno de Obama se ha unido inexplicablemente en el vacío coro de “diálogo”, mientras que no toma una posición sobre la carta del Sr. Almagro.  El Secretario de Estado, John F. Kerry, tomó del tiempo de su búsqueda infructuosa de las negociaciones en Siria la semana pasada para realizar una llamada de apoyo al Expresidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien encabeza el trío de hombres de Estado de izquierda que han tratado de mediar en las conversaciones de Venezuela . Ellos no han logrado nada, por la misma razón que Kerry ha fracasado en Siria: carecen de influencia sobre un régimen criminal y sin concesiones.

De hecho, como el Sr. Almagro observó con aspereza en su carta, el diálogo político es inútil sin “un compromiso a priori con la democracia y el estado de derecho.” La solución en Venezuela, con razón, argumentó, no es sino conversar sobre elecciones. “Cuando el sistema político de un país es extremadamente polarizado, la única solución puede venir de la decisión del soberano”, dice el informe.

El jueves, el Sr. Almagro, reiteró su llamado a una revisión de Venezuela bajo la Carta Democrática. Está calculando que una mayor presión diplomática podría obligar al régimen Maduro a programar una consulta popular. El Sr. Almagro debe contar con el apoyo de los Estados Unidos.

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