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En los últimos dos o tres años Venezuela ha estado inmersa en distintas actividades que responden a gran necesidad de los posteriores años, un cambio de modelo, un cambio de gobierno.

La crisis política que enfrenta el país responde a la mala gestión y políticas ejecutadas de manera ineficiente que ciertamente no han respondido a la necesidad de aumentar la calidad de vida, pero si responde al despilfarro y estancamiento del país. Los venezolanos además, no hemos soportado esta crisis económica, pues hemos ido por inercia estos años soportando este encierro circular que nos mantiene con la soga en el cuello y con el bolsillo sin medio.

Son múltiples los problemas que enfrentamos como ciudadanos de un país con tantas riquezas, mismos que ya conocemos cada uno. Pero, es innegable que el país urge de un cambio, desde cualquier aspecto, visión y percepción, es urgente.

Los venezolanos debemos estar preparados para cambiar el país, pero este no será posible sino los ciudadanos no se preparan desde ya, pues también es necesario un cambio social, los venezolanos atravesamos una crisis moral profunda que también necesitamos cambiar, no es posible que un país los ciudadanos sean tan separados de los hechos que les afectan, tal pareciera que el termino humano no conmueve a quienes lo son.

Los valores forman, construyen y hacen una sociedad, estos demuestran su esencia. La crisis venezolana ha traspasado algo tan esencial, propio de cada ser humano, en lo que se debe comenzar a trabajar, pues hará falta ciudadanos conscientes, arraigados a sus principios para poder reconstruir una nación que se devasta por horas y segundos de cada día.

La moral ligada al sentimiento fiel como ciudadano es acto propio intangible. No se puede, ni se debe permitir que los valores sean arrebatados por hechos políticos, es allí cuando una sociedad debe responder a estos. Tal como emana la constitución venezolana, debemos ser los ciudadanos fieles a nuestros valores y principios, para mantener nuestra esencia.

Ante la crisis catastrófica del país, los venezolanos actúan como seres insensibles ante el llanto y drama de sus conciudadanos, pues no bastará con la restructuración política del país, se necesitará la disposición y autenticidad de cada persona para rescatar y refundar los valores, como esencial de la recuperación moral como parte de la transición de una nación que debe levantarse y esgrimirse de la mala imagen que se tiene.

No solo se necesita millones de ciudadanos dispuestos a cambiar un país, se necesita el doble dispuesto a comenzar el cambio desde ya y desde cada uno aportar el “granito de arena”.

@ManuelGomezve