Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

La hiperinflación es el caso extremo de la inflación. Puede ser definida como “un crecimiento extremadamente rápido y fuera de control de la inflación, junto con la pérdida del poder adquisitivo de la moneda, a un ritmo muy alto y en forma violenta”. Esto sucede cuando los precios de los bienes y servicios aumentan de manera generalizada, al mismo tiempo que la moneda pierde su valor. Su causa principal es la emisión por parte del Banco Central de dinero inorgánico, sin respaldo sobre los bienes y servicios, para financiar un excesivo gasto público. La hiperinflación destroza los ahorros, destruye a la clase media y hace más pobres a los pobres.

Cuando hay hiperinflación se desbordan los precios y la gente modifica su comportamiento para protegerse: Las tiendas cambian los precios de sus productos todos los días; las personas empiezan a gastar rápidamente sus sueldos, comprando bienes duraderos aunque no los necesite; se calculan los precios de los bienes en moneda extranjera estable en vez de la moneda local, iniciándose una “dolarización espontánea”; se prefieren mantener los ahorros y hacer las transacciones en moneda extranjera; y finalmente, las autoridades pierden el control de su política monetaria, convirtiendo la moneda nacional en irrelevante y destruyendo los ahorros y los ingresos de sus ciudadanos.

En Venezuela, por varios años hemos soportado la inflación más alta del mundo. En el 2013 tuvimos una inflación de 56,2%, el pasado año 2014 cerramos en 68,5% y este año se pronostica una inflación de 300%. Su causa es el enorme déficit fiscal de un hipertrofiado régimen que no genera recursos, la crisis de la balanza de pagos como consecuencia del agotamiento de las reservas internacionales por la caída de la renta petrolera y la falta de bienes y productos por el cierre y las expropiaciones de fábricas e industrias productoras de bienes y mercancías. Entre los años 1999 y 2014, la inflación acumulada oficialmente en Venezuela ha sido del 1.300%. Una gigantesca cifra consecuencia de la crisis monetaria causada por un régimen incapaz y delincuente.

Pero ¿estamos en hiperinflación? Steve Hanke, académico de la Universidad  Johns Hopkins y experto en política monetaria e hiperinflación, aseguró que “el único país latinoamericano que se encuentra ante la inminencia de la hiperinflación es Venezuela, porque está muy cerca de una alta inflación sostenida y próximamente podría pasar la barrera y alcanzar una inflación de 50% mensual de modo continuado”.

Entonces, si por primera vez en nuestra historia el peligro de caer en una catastrófica hiperinflación es tan elevado ¿qué medidas se están adoptando para corregir el camino y contener la inflación?

Este régimen no está haciendo nada, porque es culpable y responsable de la inflación al haber sembrado la corrupción y la indisciplina fiscal y monetaria. Pero en Vente Venezuela hemos concebido programas y medidas para ser aplicadas desde el Día #1 de la Transición: Lo primero es asegurar la gobernabilidad inmediata y la irreversibilidad del cambio y esto implica que el ciudadano tiene que ver resultados rápidos en términos de alimentación, salud y violencia. Y al mismo tiempo: a) Aplicar programas sociales urgentes dirigidos a las familias más necesitadas; b) Restablecer la autonomía del Banco Central de Venezuela (BCV); c) Asumir una política cambiaria que promueva la producción nacional; d) Estabilizar la industria petrolera separando la labor reguladora de la operativa, separando el Ministerio de Pdvsa; e) Crear un sistema eficiente para coordinar las finanzas públicas y designar nuevas autoridades de los entes económicos del Estado; f) Desmontar los controles que ahogan a la economía y reconstruir las bases jurídicas y económicas para atraer la inversión productiva; y, en general, corregir los desequilibrios macroeconómicos generados por años de excesos y corruptelas.

Pero para lograrlo se necesita voluntad política. Y es imprescindible el inmediato cambio radical del régimen y del modelo económico, lo antes posible.

¡No podemos esperar hasta el 2019!