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Entrevista con dos diputados opositores venezolanos

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El martes 4 de marzo, el director de El Tiempo Latino, Alberto Avendaño, conversó con los diputados opositores venezolanos Leomagno Flores y Américo de Grazia. Los políticos realizaron una visita a Washington, DC para participar en un debate sobre Venezuela que tuvo lugar el miércoles 5 en el Center for Strategic and International Studies, en DC.

Entrevista con la oposición venezolana

Un día antes, Flores y Grazia, se reunieron con José Miguel Vivanco director de Human Rights Watch. Vivanco se había pronunciado días atrás sobre la necesidad de que la OEA covocase una reunión para hablar del tema de las violaciones a los derechos humanos “cometidas como respuesta a las manifestaciones que se suceden desde el 12 de febrero” en el país.

Flores es diputado por el estado venezolano de Táchira, miembro de la Comisión Permanente de Política Exterior de la Asamblea Nacional e integrante de la opositora Unidad Democrática. Grazia es diputado por el estado de Bolívar, integrante de Unidad Democrática y presidente del Partido Causa Radical.

Durante la entrevista, Flores dijo que un gobierno de transición era la solución inmediata y que existía una “salida constitucional a la crisis”. “El artículo 350 contempla la desobediencia civil para rescatar la constitución”, dijo Flores y añadió que “salimos de (la dictadura) Marcos Pérez Jiménez por vía de la protesta”. Flores señaló que de la actual crisis están saliendo “nuevos liderazgos, y eso es bueno”. Pero hoy, advirtió, “vivimos una guerra civil no declarada que va ganando el hampa”.

Por su parte, Grazia dijo que Venezuela sufría “un gobierno cínico-militar” y que “la boliburguesía ha perdido la calle”.

Lo que sigue es parte de la conversación con los dos diputados opositores.

¿Qué pasa en Venezuela? ¿Cómo se llegó hasta aquí? ¿Cómo se sale de la crisis?

LEOMAGNO FLORES (L.F.)

«En los últimos 14 años el 80% del aparato productivo del país ha sido destruido por vía de nacionalizaciones y confiscaciones y eso nos trae como consecuencia que tenemos que importar el 80% de los alimentos que consumimos en el país… Además tenemos una economía de puertos que hace que las divisas se repartan entre sectores que cometen peculado, empobreciendo más a la gente… Un país que ha recibido un billón de dólares en los últimos 10 años en ingresos y no hay una sola obra que represente ese ingreso. Y lo que han llamado inversión social ha sido una malversación de fondos para el dominio político por parte del régimen secuestrando la voluntad de muchos venezolanos a cambio de una dádiva. Esto tiene que cambiar y el cambio sólo lo pueden hacer nuevos líderes y nuevos ideales».

AMERICO DE GRAZIA (A.G.)

«Los actores son los jóvenes que habían estado ausentes del proceso Ellos no conocen otro régimen que no sea el de Chávez y ellos son los que enseñan el camino. Con un país secuestrado en sus instituciones, son los jóvenes los que salen a la calle para llamar la atención del mundo que hoy ve una Venezuela que no sale de la calle y que lo hace de manera pacífica, a pesar de las infiltraciones del gobierno con grupos armados que reprimen… Yo soy optimista. Creo que Venezuela va a salir de esta crisis y de este régimen por la vía pacífica… porque tenemos un potencial enorme no sólo en recursos naturales, sino en su gente. Nuestra presencia en Washington responde a un amor profundo por nuestro país y para reencontrar el camino de la democracia».

¿Cuál es el papel de Estados Unidos en esta crisis?

L.F.

«El papel de Estados Unidos es el de villano desde el punto de vista del régimen de Venezuela. Todo lo que sucede es una conspiración del imperio que quiere acabar con el experimento chavista, dicen. Pero desde el punto de vista de la comunidad internacional, EEUU tiene algo que decir porque Venezuela está en su ámbito geopolítico. Y una guerra civil en Venezuela no sería deseable para nadie… Estamos viviendo una perturbación política mayor donde es inhábil la Constitución y el Gobierno y la Oposición. La violación de derechos humanos es una violación de normas constitucionales. El Gobierno no puede cumplir con una rutina como el combate a la criminalidad, en Venezuela mueren cada 20 minutos dos venezolanos, tenemos uno de los índices más altos de mortalidad por violencia. Y la oposición es inhábil porque es una mayoría política sin poder. Todo esto genera que se reclame, para salir de la crisis, de la cooperación de los vecinos y uno de los vecinos más importantes es Estados Unidos por eso le asignamos un papel importante. A riesgo de que el Gobierno nos llame “lacayos del imperialismo”. Pero de lo que se trata es de convocar a las fuerzas democráticas de Latinoamérica y el mundo para poner fin de manera temprana a lo que podría convertirse en una tragedia tipo Ucrania».

A.G.

«Los venezolanos estamos ante un Gobierno cínico-militar porque ellos tienen un discurso maniqueísta sobre el imperialismo norteamericano. Sin embargo le venden petróleo, somos los principales compradores de insumos petroleros estadounidenses, (gasolina, aceites, químicos…) Y la riqueza de la boli-burguesía está aquí en Estados Unidos y Washington lo sabe. Utilizan este lenguaje para engañar a los incautos, a un público interno que se llama de izquierda, pero que son fascistas en lo literal, en la concepción militar de la política. Su partido es una estructura militar. Todo es un fraude a la nación venezolana. Pero también a la opinión pública internacional y, por primera vez, los estudiantes en la calle han desenmascarado al régimen. Nunca el régimen había perdido la batalla de la opinión pública como la han perdido ahora. Han perdido la iniciativa y tienen que pagar para tener a la gente en la calle. No tienen el liderazgo, Maduro no es Chávez y eso lo saben los venezolanos y creo que eso ha acelerado los cambios en Venezuela. Por eso, esos discursos contra el imperialismo, esa quincalla ideológica no se la compran los venezolanos».

¿Y el papel del Ejército venezolano? ¿Es víctima de purgas y depuraciones?

L.F

«La crisis en Venezuela no es sólo económica, social y política, sino también militar. En Venezuela existe un régimen militar que se está cayendo por el esfuerzo y perseverancia de los estudiantes y porque existe un divorcio entre las masas y el chavismo. Y eso afecta a un régimen que es uno más de los tantos regímenes militares que han existido en América Latina. Ahora bien, en estos momentos la represión en la calle la está ejerciendo la Guardia Nacional que es un componente de las Fuerzas Armadas pero que no es el Ejército. Y los grupos paramilitares armados por el gobierno para su autodefensa. El Ejército aparece replegado y en silencio, pero llama la atención que los aviones comprados a los rusos han sobrevolado la ciudad de San Cristóbal en una amenaza que viola la Convención de Ginebra… Aparentemente fue un acto en contra de la población civil indefensa y luego se supo que fue un mensaje que alguien, de corrientes encontradas en las Fuerzas Armadas, le estaba enviando a otro en estos momentos de crisis… Va a explotar una crisis que tiene que ver, lamentablemente, con un autogolpe por gente del mismo régimen que teme perder los privilegios. Porque estamos hablando de un estado de forajidos donde hay mafias que se reparten el poder vinculadas con el narcotráfico… Y esto hace que necesiten mantenerse en el poder porque la recuperación de la democracia sería nefasta pare ellos… Creíamos que el 23 de enero de 1958, cuando cayó la última dictadura de Pérez Jiménez, pensamos que era la última experiencia militarista en Venezuela, pero se revivieron los viejos vicios de 200 años de tradición republicana… Hoy los militares son institucionales, ellos responden a la institución en manos del chavismo y creen que cumplen con su deber».

A.G.

El tema militar es vital. Una de las demostraciones fehacientes de la violación a la Constitución es el trato y la conducta institucional de las Fuerzas Armadas. Dicen “¡Patria, Socialismo o Muerte!” como una expresión de saludo militar… Cuando usted ve a un militar atender el teléfono dice: “¡Chavez Vive!” y el otro responde: “¡La Patria Sigue!”. Eso es interferir un mandato constitucional… es un pecado mortal de la institución armada y eso nos duele a los venezolanos que creemos en la democracia como sistema de tolerancia… Las purgas en el Ejército se materializaron de la manera más vulgar… Chávez llegó a ascender a General en Jefe a alguien que era el número 67 de la promoción. Eso no había ocurrido en la historia militar venezolana… Y así lograron depurar, purgar, la institución militar y hoy, a nuestro juicio, está totalmente penetrada.

¿Cuántas muertes más habrá en Venezuela antes de salir de la crisis? ¿Existe unión en la opositora Unidad Democrática?

L.F.

«En Venezuela en los años que lleva el régimen han fallecido de manera violenta y a manos del hampa más de 200.000 personas. El estado permite que la delincuencia derrame la sangre de los venezolanos para mantenernos ocupados en protegernos y no poder protestar… En Venezuela vivimos una guerra civil no declarada que la va ganando el hampa. Y el otro problema es que el régimen es hijo de la violencia. Recuerde que Chávez viene de un frustrado golpe de estado. Hoy tenemos gobernantes que son hijos de la violencia en una huida hacia adelante.

El régimen posee las características de cualquier dictadura: persecución, censura y tortura. Esa es la realidad de Venezuela hoy. Contra eso ha irrumpido la unidad del pueblo. Lo que antes había sido solo cosa de los partidos políticos ahora se ha dado en la calle, en la unidad ciudadana. Y los líderes políticos han tenido que reconocer que han sido sobrepasados por esa conciencia colectiva. Las protestas tienen dinámica propia y nada las va a detener. Estamos en la fase terminal de un ciclo histórico. Hay indignación en la gente».

¿Y cómo se puede canalizar esa indignación en el contexto de un sistema democrático?

L.F.

«Cuando se plantea una salida, la oposición la entiende dentro de la Constitución del 99 en la que se contempla que los periodos gubernamentales pueden terminar antes de tiempo. Por adelantado, por renuncia, por referéndum revocatorio, por convocatoria del poder constituyente, por una Asamblea Constituyente que podría ser convocada por 1.200,000 firmas. Y también existe un artículo en la Constitución que ampara las protestas. El artículo 350 llama a la desobediencia civil cuando es inhábil la Constitución como en este momento. Dentro de ese abanico tiene que salir la opción para mantener la constitucionalidad… Hay que cambiar el régimen y para eso se necesitan organismos internacionales como la OEA en base a la Carta Democrática Interamericana que permite establecer las bases para que se supervisen los acuerdos que se tomen, porque si no, el país es inviable».

A.G.

«La Mesa Democrática es plural y diversa y yo celebro eso. Lo que es pertinente en estos momentos es un gobierno de transición y lo va a haber. Pero la transición no es para que se queden los que de alguna manera asumirán la responsabilidad… La protesta es un hecho democrático. Venezuela salió de la dictadura de Pérez Jiménez por la vía de la protesta, al igual que de muchos otros presidentes en el Hemisferio Latinoamericano (en Argentina, en Brasil). De manera que no estamos hablando de ninguna ficción… Y por supuesto que van a surgir nuevos liderazgos y eso es bueno para la democracia. Además se hace pertinente un nuevo pacto social en el que se encuentren todos los venezolanos. Democracia es tolerancia, es diversidad, y todas las fuerzas políticas, económicas, militares tienen que converger. Porque quienes han excluido ha sido el madurismo actual y el chavismo. En Venezuela se impone un diálogo concertado. Con agenda, con la verdad, no de fotografía como lo que está pidiendo el Gobierno. Y pedimos a la OEA que sea garante de este proceso de diálogo y el Gobierno no debe escandalizarse con eso. Ellos auspician el diálogo entre el gobierno de Colombia y las FARC, ¿por qué entonces no apoyan ese proceso en el caso de la crisis de Venezuela? Tal vez porque ellos son responsables de lo que está ocurriendo».