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Constitucionalmente, a Nicolás Maduro le correspondía presentar su Memoria y Cuenta de la gestión 2013. Sin embargo, no era ese el motivo por el que todo el país se encontraba atento el miércoles de la semana pasada al discurso que iba a pronunciar en su visita a la Asamblea Nacional. Pocos días antes, había informado que iba a aprovechar esa ocasión para hacer “importantes anuncios en materia económica”, algo que todos los venezolanos esperaban con denotada angustia.

Sin embargo, aparte de algunos enroques de ciertas autoridades que llevan en el gobierno muchos años y la creación de una nueva entidad que tiene como objetivo “poner orden” en el área económica, no se pudo apreciar ninguna medida de trascendencia. La incertidumbre se mantuvo después de los anuncios.

Aunque la mayoría de los medios nacionales e internacionales hayan resaltado en sus primeras páginas la noticia que “el gobierno mantiene la tasa oficial a Bs. 6,30 /$” –dándole continuidad a una de las más importantes causas de la crisis económica que vivimos: la sobrevaluación cambiaria- la realidad es que Maduro comunicó, sin decirlo, una nueva devaluación del bolívar. Esto es algo que no sorprende, ya que el gobierno necesita cubrir de manera urgente el déficit fiscal y sobre todo la inmensa demanda de divisas para importación. El “fortalecimiento” de mercados alternativos a tasas más elevadas –de los cuales por ahora solo anunció el SICAD- es la medida que tendrá el mayor impacto real en la economía y sobre la cual habrá que prestar la mayor atención.

No encontramos mejor incentivo para que el gobierno cambie sus políticas y aplique medidas pragmáticas en materia económica que la realidad: el índice de inflación de 2013 cerró en 56,2%, aumentando 36,1% con respecto al año anterior cuando se ubicó en 20,1%. Así mismo, el índice de escasez alcanzó también su nivel más alto en muchos años, sobrepasando el 24%. Nada de esto fue suficiente para que las autoridades reflexionen y, por el contrario, podemos concluir que la decisión es profundizar aún más el modelo que se ha venido implantando y que ha sido el causante de lo que hoy vivimos.

El pronóstico en materia económica para este año no era bueno. Hoy, no ha mejorado. Lo que más preocupa es que ya vivimos una crisis que se siente en los bolsillos de la mayoría de los venezolanos y que sabemos que fácilmente se puede convertir en una crisis social y política. Cuando esto ocurre, se puede saber cómo comienza la historia, pero nunca como termina. Estamos conscientes de que la situación es crítica y de que ella amerita duras medidas que tendrán que adoptarse inevitablemente más temprano que tarde y que, mientras más tarden, serán peor.

Por eso, lo que más preocupa no es lo que Maduro dijo, sino lo que calló. (Guayoyoenletras.net)

@MiguelVelarde