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ESPERANZA1Ayer amanecimos en una nueva Venezuela. No porque ya no tenga los mismos problemas que la aquejan desde hace años, ni porque no deba enfrentar todavía algunos obstáculos que tiene por delante. Sino porque quedó demostrado que somos mayoría los que queremos un nuevo rumbo para el país y que no descansaremos hasta lograrlo.

Los venezolanos le recordaron al chavismo que Chávez ya no está. Del “por ahora” del 4 de febrero de 1992 al “mientras tanto” de la noche del último domingo ha pasado mucho tiempo y muchas cosas. Una etapa política se está acabando y está comenzando otra que debe ser más incluyente y reconocer a medio país que no comparte esa ideología. Por cada venezolano que piensa de una manera, hay otro que piensa distinto.

Lo dijimos antes y lo reiteramos hoy: una victoria de la oposición iba a ser heroica y una derrota no iba a ser definitiva. Esta fue una lucha desigual e injusta, entre los ciudadanos contra el poder de dos Estados: el venezolano y el cubano.

Pero a pesar de eso, armados solamente con fe, esperanza y valentía, los venezolanos demócratas dieron la talla y la batalla. Hoy más que nunca es momento de lucha, el que se rinde se traiciona y traiciona a los valores en los que cree.

También es hora de que el mundo deje la indiferencia con Venezuela. Un país que se ha caracterizado a lo largo de su historia por su inagotable solidaridad, los últimos años solamente ha recibido la espalda de la mayoría de los países en sus momentos más críticos.

La oposición obtuvo el domingo dos victorias importantes: una política y otra moral. La tercera, la electoral,  sigue en disputa. Sin embargo, pase lo que pase, está claro que el gran reto de los venezolanos demócratas es no rendirse.

Venezuela no es chavista, es venezolana. Somos mayoría los que queremos vivir en un país distinto al que hoy tenemos. Eso lo sabemos nosotros, lo saben ellos…lo sabemos todos. (Guayoyoenletras.com)