Amanecimos en un nuevo país. Un país que ha definido con claridad sus condiciones. Lo más importante en esa definición es que también queda claro cual es el tipo de dirigencia y de liderazgo que se necesita, quien no sea capaz de entender este nuevo país debería asumir su falta de preparación para estar al frente de cualquier propuesta, institución, organización o proyecto.
Lo cierto es que con estas elecciones se produce una ruptura total con el pasado porque redondeando los números 200 mil votos que son los que marcan la diferencia no son más en cantidad que los 14 millones restantes que en exacta cantidad se han expresado de un lado y del otro. Los números hablan claro, por cada persona que quiere la revolución hay una persona anti-revolución, por cada venezolano que quiere el socialismo, hay una persona que quiere el capitalismo, por cada persona que quiere que desaparezca la empresa privada hay una persona que quiere que la empresa privada sea uno de los motores de nuestra economía, por cada persona que acepta vivir en medio del peligro y la incertidumbre que genera la inseguridad mientras se resuelve el problema de base como expresan algunos, hay el mismo numero que piensa que hay que resolver el problema de base apoyados en un programa contundente que ponga freno a la delincuencia. Por cada venezolano que piensa que la pobreza se soluciona generando ayudas económicas a los más necesitados, hay un venezolano que piensa que la pobreza se soluciona generando educación y fuentes de empleo, por cada venezolano que piensa que las leyes deben ser aplicadas bajo lineamientos ideológicos, hay un venezolano que piensa que las leyes deben hacerse cumplir de manera objetiva y sin parcialidades, por cada venezolano que está de acuerdo conque lo militar participe en regir el destino del país, hay uno que piensa que lo militar no debe estar involucrado. Por cada venezolano que piensa que la medicina debe estar en manos de los cubanos hay uno que piensa que nuestros médicos siempre han sido preparados y que merecen regir la aplicación de los conocimientos en beneficio del país. Por cada venezolano que cree que los objetivos de desarrollo del país están ligados al desarrollo de otros países, hay un venezolano que piensa que la prioridad es el desarrollo de Venezuela y que una vez que se hayan superado nuestros problemas podremos volver la mirada hacia afuera. Por cada Venezolano que piensa que hay que distribuir nuestra riqueza fuera de nuestras fronteras hay un venezolano que piensa que nuestra riqueza debe ser invertida en nuestro país, por cada venezolano que piensa que las vías de comunicación no son una prioridad, hay un venezolano que piensa que se requiere con urgencia la implementación de unas vías que contribuyan a entrelazar al país, para poder poner en marcha su desarrollo. Por cada venezolano que piensa que debemos contar con un gobierno centralizado hay un venezolano que cree en la descentralización. Por cada venezolano que piensa que el aparato publico debe estar en continuo crecimiento hay un venezolano que piensa que la inversión privada debe ser estimulada. Si hay un venezolano que cree que la educación debe ser publica, hay otro que cree que la educación debe ofrecer alternativas y estimular la competitividad, si hay un venezolano que cree en los bienes de producción al servicio del estado hay un venezolano que cree en el mercado, si hay un venezolano que cree que los medios de comunicación del Estado deben estar al servicio del gobierno, hay un venezolano que cree en la independencia de los medios del Estado. Si hay un venezolano que cree que debemos ser gobernados por líderes mesiánicos, hay un venezolano que cree que el liderazgo político solo debe ser ejercido por quienes entiendan que están cumpliendo con un trabajo para el que fueron elegidos por un tiempo determinado. Por cada venezolano que nos separa con términos como oligarcas o burgueses hay un venezolano que entiende que los problemas del país no se resuelven con una lucha de clases. Por cada venezolano que cree que todos los poderes deben trabajar en conjunto hay un venezolano que cree en la independencia de los poderes públicos. Por cada venezolano que cree en la expropiación hay un venezolano que pide respeto a la propiedad privada. Por cada venezolano que cree que tenemos una lucha contra el imperialismo, hay un venezolano que cree que la injerencia en nuestro país no es correcta se trate del país que se trate. Por cada venezolano que cree en la desvalorización del lenguaje como muestra de que somos iguales, hay uno que cree que debemos rescatar los valores y costumbres que nos llevan a la correcta utilización de la palabra. Por cada venezolano que respalda las amenazas como una forma de gobierno, hay un venezolano que respalda el razonamiento y el análisis.
Te invito a darle continuidad a este ejercicio de entender de que se trata la parte y la contraparte que ahora se ha puesto de manifiesto. Creo que a su vez cada persona que es capaz de ver las dos caras de la moneda es porque está preparado para exigir a quienes nos gobiernen desde cualquier instancia, que debe cumplir con el requisito de no ver en blanco o negro. Los dirigentes de HOY tienen que ver en gris para poder regir los destinos de un país que ha hablado con claridad. En gris porque tiene que respetar por igual a un lado y al otro. En gris porque debe permitírsenos la opción de cambiar de opinión. El ayer sea cual sea se acabó, hoy hay una nueva Venezuela. Ya no podemos seguir con la mirada puesta en lo que pasó, ya no podemos hablar ni de CUARTA ni de QUINTA. Con esta votación ha quedado claro que se inicia una nueva etapa que no se si se debe calificar de sexta república pero lo que si está claro es que no es lo que nos quisieron imponer.
Inés Muñoz Aguirre