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(Caracas. 11/10/2024) El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó este viernes la renovación por dos años del mandato del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) y de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre Venezuela. Esta decisión fue respaldada por un amplio bloque de países comprometidos con la justicia, mientras el régimen de Nicolás Maduro, cada vez más aislado, solo encuentra apoyo entre un reducido grupo de gobiernos autoritarios.

El voto mayoritario a favor de la renovación pone de manifiesto el creciente consenso internacional sobre la urgencia de mantener el escrutinio a las violaciones de derechos humanos en Venezuela. Sin embargo, no sorprende que las mismas naciones que enfrentan sus propias crisis de represión y abusos—Cuba, Nicaragua, China, y Eritrea—hayan sido los principales defensores de Maduro. Este pequeño grupo de aliados demuestra que el régimen venezolano está cada vez más marginado en la arena global, dependiendo únicamente del respaldo de regímenes con historiales similares de violaciones a los derechos humanos.

El aislamiento del régimen quedó evidenciado en la votación, en la que la mayoría de los países reafirmaron su compromiso de continuar presionando por un cambio en Venezuela. Los informes de la Misión de Determinación de los Hechos han documentado prácticas sistemáticas de tortura, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y represión de la disidencia. Este mandato renovado asegura que la mirada internacional no se apartará del sufrimiento del pueblo venezolano ni permitirá que estos crímenes queden impunes.

A medida que los aliados internacionales de Maduro se reducen, los llamados para una rendición de cuentas en Venezuela se hacen más fuertes. Países democráticos de América Latina, Europa y otras regiones han demostrado un compromiso firme para acompañar al pueblo venezolano en su lucha por la libertad y el restablecimiento de la democracia. Este apoyo contrasta con la postura de los pocos regímenes autoritarios que siguen defendiendo a Maduro, actuando no por principios, sino para proteger sus propios intereses y modelos de represión interna.

Con esta votación, queda claro que el régimen venezolano, a medida que se intensifica la presión internacional, se encuentra cada vez más solo, sostenido solo por el apoyo de otros gobiernos que, al igual que Maduro, enfrentan graves acusaciones de violaciones a los derechos humanos.

La comunidad internacional ha enviado un mensaje contundente: no habrá espacio para la impunidad, y aquellos que perpetúan la represión en Venezuela tendrán que rendir cuentas. Mientras tanto, los pocos aliados del régimen también están bajo la lupa, cuestionados por su complicidad en sostener a una dictadura en ruinas.

 

María Corina ante la ONU: Los venezolanos necesitamos que se respeten las normas internacionales que ustedes protegen