(Bogotá. 22/10/2020) Una semana atrás escribí angustiado por esa fatal combinación de las lluvias con la pandemia. Un fenómeno natural se ha mezclado con otro que aparentemente lo es, en tanto que el Covid-19 surgió y fue ocultado por China, expandiéndose por todo el mundo para cobrar injustamente la vida de millones de personas. Imaginemos por un instante el brote de cualquier enfermedad por la inundación de los ríos a estas alturas de la vida y de los centros urbanos, faltando las más elementales previsiones para limpiar – al menos – el alcantarillado: el menor resfriado muta en coronavirus, porque no existen las adecuadas condiciones sanitarias, ni los medicamentos, escaseando cada vez más el profesional de la salud.
Pero falta un detalle: lluvia es sinónimo de apagones, bajones y subidones eléctricos en cualquier momento y, aunque casi todo el país lo sufre, nadie puede ni debe acostumbrarse a tamaña “proeza” del socialismo. Sabemos de lo que está aconteciendo en Aragua con las lluvias tan injustamente, pero está aconteciendo en toda Venezuela. Por ejemplo, lo constatamos en el estado Miranda a través de un encuentro virtual que tuve con Vente Venezuela de esa entidad federal.
No hay rincón mirandino que no sufra de los rigores del socialismo que tiene a la cabeza, como gobernador usurpador, a Héctor Rodríguez y una pila e alcaldes fraudulentos que se enriquecen indebidamente a la vez que ejercen una feroz represión contra la ciudadanía, tienen por aliados al malandraje de las áreas marginales de ciudades deterioradas y de las zonas urbanas, y cuentan con los llamados colectivos armados para preservar sus privilegios.
Compartí con toda la dirigencia municipal y estadal de Vente Miranda, gracias a la invitación del colega parlamentario Luis Barragán, hermano y amigo. Y, a pesar de las fallas eléctricas y de señal, supe no sólo del valor personal de la dirigencia regional, sino de una disposición a la ruptura histórica que me entusiasma y anima. Las clases populares y medias, incluso, las de mejores condiciones económicas, están todas, absolutamente todas, golpeadas por el régimen y los procónsules de Nicolás Maduro, pero- es necesario decirlo – también participan de esa golpiza contra nuestra gente, contra los venezolanos, los payasos colaboracionistas que, en medio de la desgracia, se pasean promoviendo dizque su candidatura para la trampa electoral en ciernes, destinada a un monumental fracaso.
Este encuentro mirandino que tanto agradezco, me ha impuesto de una realidad terrible, pero también de un firme optimismo: hay mirandinos íntegros, responsables y sobrios, que serán capaces también de vencer al régimen y de encaminar a Miranda hacia la libertad, la prosperidad y la justicia.
Juan Pablo García