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(Barcelona. 01/06/2020) Durante el régimen nazi comandado por Adolfo Hitler, hace cerca de ochenta años, los tribunales se atenían a las opiniones de los principales juristas nazis en el sentido de que no se les podía dar privilegios a los opositores políticos del Tercer Reich y de que, por el contrario se les debía condenar como “los delincuentes más villanos”.

En consecuencia, los tribunales aumentaron drásticamente las penas por delitos por ellos cometidos. “Esclarecidos juristas reconocieron en esa época cuán lejos había ido la Corte Suprema del Reich en su “perversión de la justicia” con su mensaje fatal de que el (presunto) interés del estado estaba por encima del derecho”.

Esa cruda realidad fue desnudada por el jurista alemán Ingo Müller en su obra “Los Juristas del Horror”. Traigo a colación pasajes de esta magnífica obra, porque pensábamos que esta horrible pesadilla no volvería ocurrir jamás.

Sin embargo, en Venezuela está ocurriendo igual que en esa época nazi, donde desde nuestro máximo tribunal (TSJ) hasta los tribunales de menor jerarquía sus decisiones están dirigidas a complacer al régimen y no administrar justicia, es decir no hay independencia y autonomía entre nuestros jueces, por ello no hay pulcritud, rectitud y probidad en sus decisiones.

Este preámbulo lo hago para referirme al caso de DirecTV Venezuela y la connotación que traerá la decisión dictada por el TSJ, desde el punto de vista jurídico, social y político.

La empresa Galaxy Entertainment de Venezuela S. C.A., conocida como DirecTV Venezuela prestadora del servicio de difusión por suscripción, suspendió unilateralmente las señales de todas las televisoras y radios públicas y privadas nacionales de su programación.

Evidentemente que existe una violación de este contrato bilateral de prestación de servicio, ya que no puede ser rescindido unilateralmente por la empresa prestadora de tal servicio, a menos que este previsto contractualmente.

Pero la realidad es que la empresa Galaxy Entertainment de Venezuela S. C.A., tiene su sede principal en Dallas, Texas USA, por lo tanto está sujeta a la legislación estadounidense, por ello con base a la sanciones que pesan sobre Venezuela, desde el enero viene exigiéndole a Conatel que debían excluir de la parrilla de programación a Globovisión, por ser propiedad esta estación televisiva de un prófugo de la justicia Raúl Gorrín, que solo es un medio de propaganda y difusión del régimen, además en su programación solo entrevista a personeros del régimen y los supuestos opositores que cohabitan con éste, y Pdvsa Tv, un canal inútil, que no tiene que difundir, ya que lo que existe son las ruinas de esa otrora gran empresa bastión de la economía venezolana, que el régimen destruyo.

Pero la respuesta de Conatel fue que si decidían suspender la prestación del servicio le quitarían la licencia y sus directivos irían  presos. Una vez, transcurrido estos  cuatro (4) meses la citada empresa prestadora de servicio, ante la contumaz posición del régimen de no acceder al planteamiento de separar los dos canales antes citados; es por lo que decide cerrar sus actividades en Venezuela, a los fines de evitar que la justicia norteamericana le impusiera sanciones.

Ahora bien, si en Venezuela hubiera un gobierno serio, responsable y que velara por los genuinos intereses de la población, debió evitar que esta empresa prestadora de servicio tomara tal decisión, sobre todo cuando los venezolanos van para tres (3) meses de confinamiento por el Covid-19, con hambre, con fallas continuas de luz, agua, aseo urbano, sin plata, hiperinflación, sin producir y colapso del sistema salud, tenía necesariamente que aceptar sacar del aire a Globovisión y Pdvsa Tv.

Evitar que le quitaran a más 10 millones de personas su entretenimiento e información a través de un sin número de canales y un servicio de calidad, considerado el mejor del mundo, con su satélite que conjuntamente con Argentina sirve a toda Latinoamérica.

La verdad es que es culpa del régimen la suspensión y cierre de actividades en Venezuela de DirecTV, y no de esta empresa, porque más pudo el autoritarismo que favorecer a los venezolanos adultos y niños que era su única distracción y recreación, como una forma de pasar este triste encierro, y evitar de uno de los logros más importante de la humanidad como es la televisión.

Luis Beltrán Calderón