Las enfermedades infecciosas, son aquellas las cuales tienen su origen en un agente etiológico o causal: una bacteria, un virus, un hongo o un parásito. Estas enfermedades infecciosas son del tipo emergente, cuando se trata de agentes causales nuevos o recientemente descubiertos. Las enfermedades infecciosas reemergentes, ocurren cuando de alguna forma las medidas sanitarias se relajan y la enfermedad retoma niveles de infección importantes, alcanzando proporciones de epidemia nuevamente. Esta vez la alarma mundial, por pandemia se centra o gira sobre un virus: el CoV-19 (coronavirus), un agente etiológico nuevo, que provoca una enfermedad infecciosa emergente.
Haciendo un recuento de algunas enfermedades infecciosas, brotes epidémicos a nivel mundial, en los últimos 20 años, se encuentra lo siguiente: en el mes de febrero del año 2003, la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó a tener reportes de una enfermedad respiratoria iniciada en la provincia China de Guangdong, para entonces se informaba de 305 casos con 5 muertes que se habían iniciado desde el mes de noviembre del año 2002, atribuibles a ese agente causal. Se estaba en presencia de un brote epidémico y el 12 de marzo de 2003 se elevó a alerta mundial.
Se describió esta enfermedad viral como Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS, la siglas en inglés SARS), causado por un virus llamado Coronavirus asociado al SARS o SARS-CoV (género coronavirus, familia coronaviridae, orden nidovirida).
Luego, hasta el 17 de mayo de 2003 se había informado de 7.761 casos con 623 muertes en 28 países del mundo. El reservorio (animal donde el virus se desarrolla naturalmente y puede mutar para adaptarse a nuevos hospedadores) es desconocido, y se trató de un tipo de virus que traspasó la barrera entre especies y contaminar a seres humanos, cuando inicialmente el virus sólo infectaba a los animales. En personas mayores de 65 años la mortalidad llegó al 40%. Hasta el momento no existe un tratamiento efectivo para el SARS. Para aquellos pacientes que entran en fase de deterioro progresivo se recomienda un manejo intensivo de soporte.
Por otra parte, se recuerda la epidemia que comenzó con el virus aviar (H5N1), virus causante de infección en las aves, se trataba de la gripe aviar. Los virus que causan la enfermedad en las aves pueden también cambiar (mutar) por lo que pueden propagarse a los humanos.
Una nueva alarma se produjo en febrero de 2003 cuando un brote de gripe aviar H5N1 en Hong Kong dio lugar a dos casos y una muerte en miembros de una familia que recientemente había viajado al sureste de China. La Organización Mundial de la Salud cree que la epidemia de gripe aviar se originó en abril del año 2002, mucho antes de lo que hasta ahora se había pensado.
La OMS no ha querido confirmar ni desmentir si fue China el país donde nació esta crisis. Esta afirmación, ha sido rechazada por China contundentemente. El posible ocultamiento por parte de las autoridades Chinas, sumado a prácticas más que discutibles por parte de los granjeros productores de aves de corral, serían las causas que provocaron la propagación de esta enfermedad por toda Asia. Una de las medidas del gobierno chino fue ordenar el sacrifico de cientos de miles de aves de corral con la esperanza de detener así la expansión de la epidemia. Algunas fuentes defienden la tesis de que el programa de vacunación masiva de aves, que siguieron las autoridades chinas, después de la aparición de la epidemia en 1987 fue errada, al realizarse vacunaciones a partir de virus que no representaban el real antígeno de la enfermedad.
Los países en los que el virus H5N1 se encuentra prevalente (Bangladesh, China, Egipto, India, Indonesia y Vietnam) se enfrentarán posiblemente a mayores problemas, pero no existe ningún país que pueda considerarse a salvo, y nadie puede bajar la guardia ante el “H5N1″. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 2006 el virus H5N1 ha infectado a 565 personas desde que apareció por vez primera en 2003, matando a 311 de ellas. Desde ese año han ocurrido brotes tanto en países de Asia, África y América.
En el año 2009, la gripe porcina (H1N1), se presentaba como una nueva amenaza mundial. Esta gripe, es una infección viral, cuyo agente causal es una variante de la cepa de influenza H1N1, con material genético proveniente de una cepa aviaria, dos cepas porcinas y una humana que sufrió una mutación y dio un salto entre especies (heterocontagio) de los cerdos a los humanos, para después permitir el contagio de persona a persona. La epidemia comenzó el 21 de abril de 2009 en México y los esfuerzos del mundo llegaron para detener su propagación.
El virus se extendió, primero a Estados Unidos y Canadá y después a Europa, y en ambas regiones se establecieron estrategias de salud que nunca antes se habían implementado. Con la confirmación de dos casos por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de China y luego de 2 meses, a la semana 8 del primer caso, la gripe fue decretada por la OMS como pandemia; se habían contabilizado unos 29.669 casos con 145 muertes.
Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en junio de 2009 que la gripe porcina era una pandemia, los científicos advirtieron que podría ser la peor amenaza de salud pública de los últimos cuarenta años. Luego de una especie de estado de latencia comenzó el aumento exponencial previsible, en el número de casos. A la semana 31, el 22 de noviembre de 2009 se habían contabilizado 622.482 casos con 7.826 muertes. Un año y cuatro meses después del caso 1 la OMS decreta fin de la pandemia. El 24 de Agosto de 2010 esta variedad de influenza había contaminado a un número no determinado de personas, con 18.449 muertes. La tasa de mortalidad en su pico, la alcanzó China con un 22%.
Las enfermedades infecciosas se han contenido con la ciencia y el conocimiento, más no la prepotencia. Los avances en Biología Molecular, Virología, así como el manejo de técnicas sobre ingeniería genética ha proporcionado herramientas útiles en el manejo de las enfermedades infecciosas. Los lugares geográficos donde inician las epidemias son tema de estudio. En países asiáticos por ejemplo sus prácticas alimenticias extremas son un riesgo, así como las malas prácticas en bioseguridad. En medio de una emergencia, Venezuela no está preparada, por un destruido sistema de salud, sino en la precariedad de las condiciones físicas, de alimentación y por lo tanto del sistema inmune de la población.
La pandemia del CoV-19 (coronavirus) va a pasar, pero el mal deseará hacerse del control más brutal. Heroicamente serían los salvadores de la población venezolana, en un curso normal de la enfermedad previsible y controlable. De lo contrario, en una escala de infecciones y casos graves, el despliegue militar es su estrategia de defensa, en contra de una asistencia humanitaria en un ambiente de conmoción de la sociedad y su salida definitiva del poder.
La dictadura quiere forzar la rendición de la población, sea por el coronavirus o por ellos mismos. Saben que no existe la más minúscula condición para hacerle frente a esta enfermedad causada por el CoV-19, como a cualquier otra que padece Venezuela desde hace meses y años.
Aparentemente existe un mal endémico en Venezuela, evitar su prevalencia y propagación es un objetivo necesario, urgente e importante. De ninguna manera se puede comparar, ni en la forma más remota una política sanitaria global, con lineamientos claros de organismos reconocidos, con la idea de avalar y aplaudir las aberraciones de un régimen que agoniza.
@abrahamsequeda