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¡Digan whisky en tres, dos, uno! Se dispara la primera de muchas fotos que algunas personas han tomado en una de las calles más emblemáticas del casco histórico de Caracas cuya sombra es generada por un techo de paraguas de diversos colores. ¿Un cariñito para el centro?, se preguntarán algunos. Otros entendemos que es la expresión más pintoresca de la perversidad del chavismo.

Hace unas columnas atrás citaba uno de los escritos de Ayn Rand sobre la relevancia de la filosofía y porque debemos interesarnos en ella. En el mismo, Rand, suscribe que la estética es aquella rama de la filosofía que “describe la naturaleza de lo hermoso”. Lo interesante del análisis de esta sobreviviente del nazismo y stalinismo es que ninguna rama se desprende de la filosofía que comparte la persona.

El chavismo sigue una filosofía criminal que no excluye tampoco su rama estética. Recientemente muchos han sido las ciudades o municipios en los que el régimen ha ‘embellecido’ diversas calles, bulevares e inclusive malecones (con figuras de murciélagos). Pero a los ojos de quienes compartimos una filosofía de prosperidad apegada al respeto del individuo y sus libertades, entendemos que la estética del chavismo solo refuerza lo perverso, burdo y criminal de este sistema.

Colocar sombrillas de colores o modernizar un antiguo malecón y decorarlo con siluetas de murciélagos no busca únicamente hacer creer a las personas que al menos algo están haciendo, sino recreando el verdadero goce de un sistema que encuentra lo hermoso en la destrucción del otro.

Sin embargo, los sistemas criminales no solo buscan hacer hermoso el sufrimiento ajeno; sino también promoverlo como una línea de acción o política de estado. Así, cuando pases por esa calle de la capital, conseguirás que lo hermoso de la imagen no está en el color de los paraguas sino lo que estos cubren: moribundos, niños desnutridos, personas amordazadas ante el temor de ser descubiertos como adversarios a la tiranía, etc.

Promover estas políticas busca no solo captar la atención de quien solo va y se tomó un selfie con los paraguas, sino también desviar la atención sobre lo que realmente está ocurriendo y la verdadera naturaleza de todo sistema marxista, su criminalidad.

En las sociedades libres, la estética como rama filosófica yace en lo hermoso de la vida como derecho fundamental garantizado, el respeto a los derechos individuales y la diversidad. Es una estética que embellecerá lo que haya que embellecer, pero no a cuentas del sufrimiento del otro, sino de la satisfacción personal compartida.

Si hoy por hoy no entendemos, describimos y difundimos la verdadera filosofía maligna del régimen que nos tiene secuestrados, estaremos tentados y condenados, tarde o temprano, en ver lo hermoso de la vida en las pocas horas en que la electricidad o el agua no fallan.

Twitter: @FabioLValentini