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Hace más de 15 años los ciudadanos se han abocado a las calles del país exigiendo un cambio de gobierno, mejoras en la calidad de los servicios y para ser exactos, la libertad.

Innumerables llamados a protestas de calle, de muchas maneras se han realizado y los venezolanos hemos cumplido con nuestro deber como ciudadanos, sin embargo, con el pasar de los años se ha visto el cansancio de seguir repitiendo el mismo patrón sin ver resultados concretos. Es una realidad que no se puede tapar con un dedo, lo vemos reflejado en la cantidad de venezolanos que emigran, pues no ven solución y llegaron a la resignación.

Actualmente volvemos a encontrarnos con un escenario de protestas a lo largo y ancho del territorio nacional con mucha fuerza y ganas de sacar al régimen pero con cierto miedo a que se repita la historia y es por eso que debemos pasar a un siguiente nivel, porque los ciudadanos hemos demostrado de todas las maneras posibles que queremos un cambio y que vivir bajo este sistema político no se aguanta más.

 

¿Y ahora qué debemos hacer?

 

Hemos dado el todo por el todo en esta lucha por la libertad, pero no cabe duda que es momento de ser radical, si, radical; de ejercer más presión, de ir a la calle, pero no de 2 a 4 de la tarde, o de un día, sino, de la calle sin retorno, día y noche hasta que el dictador se vaya.

A su vez, tenemos que exigir la aplicación del artículo 187 numeral 11 de la constitución, donde exhorta a la comunidad internacional a dar su apoyo a nuestro país, el momento es ahora, y la oportunidad no la podemos perder, éste régimen se encuentra cada día más débil, y debemos estar convencidos de que vamos a lograr nuestro objetivo, que no es otro que recuperar la libertad de nuestro país

Venezuela cuenta con ciudadanos de espíritu libre, dentro y fuera de su territorio, que están dispuestos y comprometidos a lograr esta gran tarea, recuperar la libertad y que nuestro país sea mejor de lo que alguna vez fue, por eso Juan Guaidó junto con la Asamblea Nacional tienen la responsabilidad de no defraudarnos.