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La familia como bien se sabe, es la base de la sociedad. Una familia rota equivale a una sociedad rota. El régimen de Maduro apostó a esto, a quebrarnos como sociedad. Donde cada vez más familias están desunidas producto de la diáspora. Donde la familia venezolana lucha por sobrevivir día a día por falta de alimentos, medicinas y lo que es peor aún, falta de servicios básicos que son necesarios para el consumo diario.

El socialismo logró polarizar a todo un país donde todo aquel que pensaba distinto a ellos era un enemigo. Donde familias dejaron de hablarse por una ideología política.

En la historia de Venezuela nunca hubo un quiebre social tan notorio donde expresar libremente tu ideología política motivaba a un ataque por parte de sectores radicales ligados al chavismo. Sectores que generaron odio entre ciudadanos que pretendían adueñarse del país como si fuera para ellos solos.

La falta de valores y principios hoy en día se han dejado a un lado, donde el atropello  unos con otros es algo común entre ciudadanos, donde no importa el bienestar del que tienes al lado sino el tuyo propio, y eso es parte de lo que ha creado el socialismo del siglo XXI en Venezuela, que el respeto por nosotros como sociedad se pierda, donde los principios morales se dejen a un lado y la ética  no sea cuestionada.

Venezuela volverá a ser ese país libre con el que soñamos, donde la familia Venezolana sea la base de una sociedad prospera con la que soñamos, en la que no existirá la división entre conciudadanos y sobretodo en el que esos miles de venezolanos vuelvan por esas puertas donde una vez cruzaron buscando un mejor futuro.

Tenemos que reconstruir todo un país nuevamente, y ese comienzo debe comenzar por cada uno de los hogares Venezolanos donde se forman personas de bien, con valores y respetos como ciudadanos.

 

José Gregorio Hernández

Coordinador Juvenil Vente Guatire