El propósito de tener un cuerpo de fuerzas armadas en una nación a mi entender es para cumplir y garantizar entre otras, funciones tales como:
- Preservar la paz, la seguridad y la defensa del país, de sus posesiones y del área territorial.
- Apoyar las políticas nacionales emanadas a través del Ejecutivo y de la estructura militar.
- Actuar ante cualquier nación responsable de actos agresivos que ponen en peligro la paz y la seguridad del país.
Para ello, las Fuerza Armadas deben contar con un sentido muy sólido de Identidad Nacional, ¡repito Identidad Nacional! En este sentido, las fuerzas armadas de la nación no deben ni pueden obedecer en su actuar (o no actuar) a ningún tipo de favoritismo sesgado, ni político, ni religioso, ni de ninguna índole. Sólo se deben a los intereses de la nación y actuar en el ámbito que les corresponde, no a dirigir Bancos, Petroleras, Ministerios. Las Fuerzas Armadas, como cualquier árbitro, deben ser neutrales, imparciales, ya que su función obedece a la defensa del país como un todo. Eso es lo que al ciudadano común le ofrece confianza, resguardo, seguridad, tranquilidad.
En Venezuela nuestras Fuerzas Armadas Nacionales cambiaron a “Fuerza Armada Nacional Bolivariana”, cuyos integrantes se identifican con boinas rojas. Entonces, ¿en el futuro cambiarán a “Fuerzas Armadas Populares”, con boinas de color naranja?”; o ¿“Fuerzas Armadas Democráticas”, con boinas blancas? ; o ¿“Fuerzas Armadas V“, con boinas azules?
Este es el motivo por el que Costa Rica eliminó su ejército: «No quiero un ejército de soldados, sino de educadores». Con estas palabras el 1 de diciembre de 1948 el presidente de Costa Rica en aquel entonces, José Figueres Ferrer, abolió el ejército, convirtiendo al país centroamericano en uno de los primeros del mundo en no contar con fuerzas armadas y paradójicamente uno de los más seguros de la región.
¿Cómo podemos aspirar y pedimos contar con la respuesta adecuada por parte de una fuerza militar que esta parcializada, adoctrinada, además de invadida por la corrupción y los propios intereses y mecanismos de retaliación bajo los cuales operan las leyes del narcotráfico? ¿Vamos a pedirle ahora peras al olmo?