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Cada minuto cuenta, no podemos esperar más tiempo, no debemos pasar por alto las tropelías de un régimen que aun en su agonía no da descanso a su brazo ejecutor. Hace mucho ya que Nicolás Maduro y sus mafias pasaron de la amenaza al cumplimiento de estas. Son psicópatas con poder.

Consentir ante un  régimen que hostiga y destruye la vida es también un riesgo, se trata de un riesgo para las democracias del mundo, se trata incluso de un riesgo para la propia noción de república. A este sistema de mafias  hay que ponerle fin o ellos nos pondrán fin a nosotros.  No podemos darle más tiempo para su reacomodo, ya no, ahora no, ¡ya basta, es suficiente!

Este 23 de Febrero  el mundo comprobó lo que desde  Venezuela llevamos tiempo denunciando, conoció el régimen del terror que hoy oprime a Venezuela, conoció al demonio socialista en plena acción. Diversos líderes políticos del mundo han expresado su condena pública a lo que ha significado la  violación sistemática de los derechos humanos en Venezuela, ya no dudan, Venezuela vive una emergencia humanitaria compleja que requiere del apoyo internacional para ser superada.

El país se movilizó a favor de la ayuda humanitaria por  los 24 estados y  en los pueblos fronterizos libró no solo las más intrépida de sus luchas por la entrada de esta sino también por su dignidad y por su libertad, pero se trata de civiles contra paramilitares, mercenarios dispuestos a matar, ya no podemos pedirles más a nuestro pueblo.

Estamos ante la  evidencia de un régimen dispuesto a acabar con todo lo que signifique oposición, con todo lo que amenace su permanencia en el poder, con todo lo que implique salvar la vida de los ciudadanos venezolanos, la mejor demostración de esto lo constituye la quema de los camiones con la ayuda humanitaria, una acción abominable que el mundo habrá de recordar.

Ante esta situación debemos invocar una vez más el principio de responsabilidad de proteger de la comunidad internacional que se fundamenta en la resolución A/RES/60/1 fechada el 16 de septiembre del 2005 y suscrita por el estado venezolano, en el que se señala la responsabilidad que tienen los estados miembros de naciones unidas de proteger a las poblaciones ante amenazas de genocidio, crímenes de lesa humanidad, entre otros.

Lo sucedido este 23 de Febrero nos precisa como políticos a dar pasos diligentes para lograr un cambio de régimen que devuelva la libertad arrebatada a nuestros ciudadanos, NO podemos esperar más, no podemos ofrecer corazones contra balas. La asamblea nacional tiene la facultad de autorizar mediante la activación del articulo 187 ordinal 11 de la constitución nacional la entrada al país de una coalición internacional de paz que en misión humanitaria ayude al pueblo venezolano en estas horas aciagas a recuperar su libertad para enrumbarse nuevamente hacia la democracia, darles más tiempo es perderse, qué esperamos entonces: ¿cuánto más tiene que pasar? Son psicópatas con poder.