General Vladimir Padrino López, usted ha sido unos de los hombres más odiados en los últimos años, pero la Ruta del Coraje hoy le brinda la oportunidad de remediar tanto daño que han sufrido las familias venezolanas. Me dirijo a usted no para dar lecciones, esta vez le hablo cómo madre, hija, abuela, una mujer con un profundo amor por Venezuela.
Es doloroso y vergonzoso ver como un grupo criminal de cubanos hoy hace que usted no represente una autoridad con credibilidad, y eso no lo puedes seguir permitiéndolo, es el momento de acabar con la desterritorialización, pues usted sabe que nuestro territorio se ha convertido en un Estado criminal, producto de una invasión planificada y sistemática que se ha traducido en pérdidas cuantiosas de venezolanos, no seas más ese verdugo, permítete dormir sin remordimientos, permítele a tus familiares ver como defiendes el honor de la Fuerza Armada Nacional, esa que no puede arrodillarse ante ningún tirano.
No hay puntos medios entre la justicia que llegará y la criminalidad que se van con todos sus vicios, no hay oportunidad para la cobardía es la hora de la demostración tangible y del desapego a esos carteles de mafias que usurpan el poder.
Hugo Chávez declaró emergencia hospitalaria en Venezuela en el 2010, asignando a Nicolás Maduro como padrino del Hospital J.M. de los Ríos ¿Y qué pasa allí General Padrino? Usted sabe que impedir la entrada de la ayuda humanitaria es un delito de lesa humanidad, es una actitud que se apega al socialismo mafioso que se traduce en hambre y miseria. No hay vuelta atrás, la ayuda entrará sí o sí, ahora bien, es pertinente que decidas como individuo la acera que quieras transitar.
General Padrino López, tú país está acompañado del mundo, porque vamos con todo, no te quedes atrás, no castigues con dolor a tus padres, conviértete en ese padre que sabe rectificar, tu hija merece una nación libre, la constitución merece ese respeto que hoy ahogan en la vergüenza; por esos cadetes que anhelan prosperidad y honorabilidad a su labor, por la institución armada.
“El mayor enemigo de la autoridad es el desprecio”, Hannah Arendt.
Mariela Quintana