Bañada por los recursos naturales más exorbitantes del mundo, Venezuela vive hoy la peor catástrofe eléctrica del mundo; sin temor a equivocarme lo digo, obviamente que todo ello es por negligencia, impericia y hasta en muchos casos omisión por causa del mayor de los males humanos: La corrupción.
La industria eléctrica venezolana en un pasado llegó a ser la segunda mejor empresa (EDC) de Latinoamérica, según la medición CIER del 2006. No obstante, hoy se ve devastada en mi opinión por dos razones fundamentales: la primera de ellas, tener en sus lÃneas gerenciales a personas inescrupulosas y no calificadas para desempeñar tales roles; siendo esto lo que permite que cometan errores como omitir los mantenimientos a la infraestructura, reposición de materiales entre otras cosas. En segundo lugar, se observa a todas luces la inexistencia de planificación para optimizar el servicio eléctrico, la adecuación de sistemas de última tecnologÃa, unidades en condiciones óptimas para atender los requerimientos. La adquisición de equipos para reponer la estructura es una mitologÃa hoy por hoy, sólo quedan vestigios de aquella industria que se medÃa con las mejores del mundo.
Hoy solo hay un nefasto liderazgo que sólo sabe alegar «sabotaje», a todo evento lo define como un negligente a la potencia, pero su mejor maniobra ha sido «chupar media» al régimen y obligar a la masa trabajadora a asistir a marchas y concentraciones polÃticas para tapar los agujeros de las mismas, ya que todos los trabajadores acuden a esos llamados porque están claros de que no tienen ni un ápice de los beneficios que un dÃa ofreció está industria.
Es un hecho lamentable ¿Pero qué podemos hacer? Como ex-empleado de más de 25 años de esa industria les digo que lo que hay que hacer es organizar a las comunidades y hacer foros, educarlos respecto a la Ley Orgánica del Sistema y Servicio Eléctrico y su reglamento, acudir en forma organizada mediante representantes a realizar los reclamos pertinentes y que se haga el seguimiento respectivo. Asimismo, tener un equipo calificado que trabaje en este sentido para cada servicio público, donde exijamos nuestro derecho y cumplamos con nuestra obligación.
¡En fin, las comunidades deben organizarse!
@VictoroEsquedab