Desde el año 2013, con la derrota en condiciones sumamente irregulares en las elecciones presidenciales, la oposición ha tenido una gran división en cuanto a la visión de cómo debe ser confrontado el régimen y cuál debe ser el camino para generar una salida que permita a los venezolanos conquistar la libertad y de esta manera, reconstruir la República.
Las diferencias en cuanto a la concepción y la naturaleza del régimen han impedido que desde ese momento se haya logrado construir un camino donde todas las organizaciones estén alineadas en función de lograr un mismo objetivo. La dirigencia opositora se ha fracturado entre los que consideran el diálogo o las elecciones como la vía para garantizar una transición a la democracia y derrotar a la dictadura y los que consideramos que sólo con presión ciudadana, nacional e internacional, se puede generar un quiebre que permita la salida del régimen.
De esta diversidad de visiones lo único cierto es que el régimen sigue en el poder, mientras la oposición sigue siendo oposición, generando la continuidad de la dictadura y con ello, la profundización de la crisis humanitaria que vive el venezolano.
Momentos como estos son los que marcan a los ciudadanos, determinan cuáles liderazgos tenemos la valentía de escribir la historia y nos diferencia de aquellos que tienen miedo a ser señalados por ella. Un dirigente político se transforma en un estadista cuando puede entender qué decisiones son necesarias tomar para poder conquistar la libertad, a sabiendas de que -más allá del costo que esto genere- la historia al final le dará el lugar que le corresponde, reconociendo la importancia de su visión en el momento histórico.
En este 2018, como dirigentes tenemos que asumir una decisión que va más allá de pertenecer a un partido y creer en una ideología; esa decisión marcará a Venezuela y su futuro en mediano y largo plazo, pues representará la posibilidad de rescatar nuestra sociedad y la República o perderla en la peor de las oscuridades.
En los momentos más complejos, Winston Churchill entendió la razón de tomar muchas de sus decisiones con este pensamiento: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Ya yo decidí el camino a la libertad junto al mandato ciudadano del 16 de julio. Te toca a ti.
@Angel_leonccs