El termino gobernanza hace referencia a una nueva realidad social, donde es evidente la pérdida de capacidad de la política para responder a sus necesidades. Ya no basta un contexto de elecciones que legitimen un gobierno, sino que además la sociedad civil busca un escenario organizado, con mayor inteligencia y participación en la toma de decisiones y exigen a sus gobernantes que muestren una ética más transparente para dar respuestas a todos los desafíos de desarrollo actual, caracterizada por una marcada interdependencia y globalidad que exige asimilar nuevos conocimientos con criterios de colaboración, descentralización y tolerancia.
La gobernanza no se refiere al gobierno formal exclusivamente, sino al entramado conformado por una sociedad en la que el gobierno formal, la sociedad civil y el tejido empresarial se entrelazan para gestionar los asuntos públicos. En cierto modo, la gobernanza se refiere al hecho de gobernar de una manera diferente, con un Estado o gobierno que permite la configuración de espacios sociales para que sus actores interactúen y guíen el destino de la sociedad. De este modo, el concepto de gobernanza es más amplio que el concepto de gobernabilidad, pues mientras este último se refiere a elementos de un gobierno formal para gobernar, para mejorar el funcionamiento de la administración pública y sus funcionarios que le den competencia en sus toma de decisiones, entre otras cosas, la gobernanza, además de incluir el gobierno formal, se ocupa también de las organizaciones de la sociedad civil y las empresas, para que todas en conjunto desarrollen la gestión pública.
Un marco de buena gobernanza es el que exige la crisis climática, para que todos podamos hacerle frente en conjunto, empezando por reconocer el problema y plantear un eje de actuación para solventarlo, ya que la situación grave del ecosistema, coloca en peligro la vida misma, pero también nos permite reflexionar sobre nuestro presente hacia el futuro, de orientar la acción conjunta hacia los principios comunes del bienestar socio-ecológico. Esta crisis se ha originado en la intensificación de la explotación de recursos naturales y de materias primas, bajo un ideal de progreso e industrialismo inducido, cubiertos por un discurso de “respeto” al medio ambiente, sin que nadie asuma las responsabilidades.
Es por ello, que la formación y consolidación de una gobernanza responsable, es imperante para hacerle frente a esta crisis climática que va con rumbo a un punto de no retorno, sino establecemos objetivos vinculantes para todos los sectores, con un liderazgo decidido a modificar el modelo de producción y de consumo, una reforma fiscal ambiental, y un plan de información y concienciación ciudadana. A su vez, el sector empresarial tiene un papel preponderante, pues le corresponde tomar conciencia y motivación para la aceptación de un precio al carbono emitido, suficientemente alto para incentivarla reducción de emisiones y transformar los procesos productivos y de consumo. Los compromisos internacionales, plantean soluciones de nivel macro que tienen poca incidencia en la sociedad, pues se necesita empoderar a los propios actores a partir de sus modos de vida, para tener un efecto acentuado en la mitigación y adaptación a esta crisis climática.
Dra. María Nela Vera Díaz
Comisionada Nacional de Ambiente
Vente Venezuela