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¡Saludos Venezuela! En artículos anteriores exponía que dos tareas retadoras nos corresponderá afrontar como ciudadanos de cambio apenas acabe la pesadilla del siglo XXI: la reconstrucción del País y la refundación de la Patria. Y la refundación -no por ser mencionada en segundo lugar- es menos importante más sí de mucha mayor envergadura.

Se trata nada más y nada menos que del restablecimiento de los valores morales y éticos en nuestra querida Venezuela; del restablecimiento de los hechos a su contexto histórico (¿me creerían que he conocido niños en edad escolar que dicen que Chávez conoció y luchó con Bolívar?), gracias a la ejecución del macabro plan castrista para despojarnos de nuestra identidad como Nación. Y por ello a Venezuela hoy le sobra desde una estrella, hasta los epítetos ‘popular’ y ‘bolivariano’ en las instituciones y las frases rimbombantes que giran en torno al lema “hecho en socialismo”.

Esas frases, epítetos y cambio de símbolos no fue gratuito, intentó despojar de identidad a las nuevas generaciones que -nacidas en la era del socialismo del SXXI- se guían por el adoctrinamiento que reciben en la escuela y barrios para imponer la ideología y el control castrista. Pero el plan caribeño no contaba con la sangre libertadora que corre por nuestras venas, ésa que no admite doctrinas impuestas y que nutre nuestros corazones, allí están los resultados: en veinte años apenas han podido ‘comprar’ (que no convencer) a una parte muy pequeña de la sociedad, la gran mayoría les detesta y añora el restablecimiento democrático para reemprender el camino de la prosperidad.

Los ciudadanos debemos abocarnos a la recuperación de nuestros símbolos patrios, al ajuste de los programas educativos, a la divulgación de la verdadera historia de Venezuela y a la explicación masiva de los hechos que nos condujeron a ésta encrucijada. En pocas palabras: a reinstaurar nuestra identidad nacional y nuestra vocación demócrata.

Quienes nos critican por hablar mal de la Venezuela actual lo hacen sin argumentos, sólo repiten frases maniqueas del mal impuestas por el sistema castrista omnipresente. Esas almas rendidas están erradas, no entienden que nos referimos al sistema no al país físico. El venezolano ha sido y es un pueblo increíble y de ello dan fe quienes le conocen en el mundo entero. Pero tiene que despertar y dejar atrás su inocencia política para refundar al país en los valores democráticos, en libertad y sin imposiciones. El “no al socialismo” que expresamos en el referéndum del 2007 lo volveremos a hacer una y otra vez. Aún corre sangre libertadora por nuestras venas, aún hay ciudadanos dispuestos a reescribir la historia y eso, aunque le pese al castrismo, es lo que va a refundar una nación que volverá a ser referente en el mundo. De esto que no quepa la menor duda.   

“Venezuela en Obras” es la frase que puede definir una nueva era ciudadana, participativa y responsable que decidirá libremente sobre el futuro de nuestro país.

@FJairofer