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Recientemente he estado trabajando sobre el dilema: igualdad o libertad, el cual ha sido descifrado y resuelto por Milton Friedman en su célebre frase: ‘‘Una sociedad que aspira a la igualdad antes que a la libertad, terminará sin igualdad ni libertad. “ (traducción libre)

Hoy la cruda realidad ataca nuestras lecturas habituales con otro dilema según el cual, o cedemos nuestras libertades, o tenemos el riesgo de enfermarnos y posiblemente morir. Salvo muy honrosas y contadas excepciones, casi todo el planeta está debatiendo y en él han caído entrampados liberales y conservadores, izquierdas y derechas, socialistas y capitalistas.

En mi opinión, es tan falso el primer dilema como el segundo, pero alarma, que incluso el liderazgo más instruido haya caído tan fácilmente en él, pues es falso que la salud y la libertad sean conceptos excluyentes.

Así es como recientemente en nombre de la salud se han cometido desmanes en la mayoría de las sociedades más avanzadas, prohibiendo actividades que riñen hasta con la salud misma. O ¿No es contrario a la salud encerrarse en un pequeño apartamento por meses sin poder salir?; ¿No es contrario a la salud impedirle a un niño pasear y recrearse al aire libre?

Antes de responder y atacar esta opinión personal, les pido que busquen las publicaciones sobre estos temas de salud y me ilustren si alguna indica excepciones por pandemia. El punto es, que a nombre de la salud muchos gobiernos han violentado a diestra y siniestra millares de estudios científicos que valoran la importancia del esparcimiento al aire libre y de las actividades sociales.

Parafraseando a Milton Friedman, una sociedad que anteponga la salud a la libertad terminará sin salud ni libertad. No es cierto que los resultados frente a la pandemia serán mejores en la medida que cedamos más de nuestras libertades.

Hoy vemos como algunos los países y regiones que han sido muy agresivos en la restricción de las libertades han tenido resultados espantosos en las estadísticas de mortalidad y contagios, por otra parte, se exhiben mejores resultados en otros países donde se han tomado las medidas de salud necesarias, pero sin el menoscabo de las libertades. En mi opinión, el éxito de estos últimos se ha fundamentado en entender que la salud y la libertad incluso en tiempos de pandemia si pueden coexistir y no son necesariamente excluyentes.

Me siento obligado a expresar mi preocupación sobre algunos abusos en los límites impuestos a las libertades en nombre de la salud, lo más triste es que esto también haya ocurrido en los países que más se ufanan de ser libres y defender las libertades.

Estoy seguro que aquellos sistemas que logren ver la trampa y descifrar eficazmente este dilema de salud o libertad lograrán tomar las medidas más adecuadas para la salud sin necesidad de menoscabar libertades, espero también que el tiempo nos permita reconocer el éxito de aquellos sistemas o países que así lo hagan para que sirvan de modelo a seguir.