(Barinas. 23/04/2020) La civilización occidental nació enarbolando las banderas de la libertad como elemento determinante a la naturaleza humana. De este modo, nuestro hemisferio se caracteriza por la lucha contra toda fórmula de hegemonía y totalitarismo reconociendo al individuo, integrado en ciudadanía, una variedad de derechos que por naturaleza le corresponden, a saber: Vida y con esta, buena calidad de vida, libertad configurada por la capacidad de adquirir derechos y ejercerlos, derecho a la propiedad legítima y respecto a esta, el libre uso, goce y disposición de los bienes y servicios adquiridos, el libre desempeño y desarrollo de la personalidad con especial valor al ejercicio de ciudadanía en tanto que sociedad civil y al mérito. Esto solo por citar algunos derechos elementales por lo fundamental.
Ahora bien, el anterior establecimiento pasa por enterrar de una vez por todas en esta tierra de gracia, la conocida figura del caudillismo presente desde el mismo origen de nuestro país y de su permanente recorrido en una real metamorfosis, llámese: Conquistador, herederos de la conquista, caudillos militares, caudillismo de partidos políticos y caudillos bajo la figura de actores políticos, entre otros.
Es importante poner el énfasis en este aspecto para que el ejercicio de la ciudadanía proyectada desde la visión del partido Vente Venezuela y del cual, no hay duda que será cabeza de gobierno en nuestro país, desde su inicio tenga el norte de dejar atrás 500 años del referido caudillismo, asunto que coloca la responsabilidad en cada individuo que abrace esta perspectiva liberal para que así se haga bajo el imperio de la ley orientada y establecida en esos fines.
Asdrúbal Romero Silva