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A lo largo de nuestra historia, diferentes sucesos han marcado grandes diferencias en los destinos de la humanidad. Desde como el asesinato del archiduque Fernando de Austria desencadenó una guerra que hizo caer imperios, reconfigurar el mundo y la forma de verlo; hasta un tuit, que inició revoluciones en la primavera árabe. Esas variables impredecibles son denominadas Cisne Negro, y hemos demostrado nuestra incapacidad para predecir los acontecimientos que estos pueden generar.

Sin miedo a equivocarme, el COVID-19 o Coronavirus, es el nuevo Cisne Negro que está mostrando las debilidades de potencias y redefiniendo, a través de su impacto, la economía global. Esta es una situación muy seria e incomparable con otro suceso histórico reciente. Serán terribles e irreparables las consecuencias humanas y sanitarias del ya pandemico virus; las consecuencias políticas serán impredecibles: desde definir procesos electorales, hasta causar profundas crisis y quiebres en sistemas.

Estamos ante las puertas de una crisis económica global: La guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudí, las sanciones económicas globales, la delgada línea de las relaciones comerciales entre China con Occidente y la reacción de incertidumbre de los mercados mundiales ante la morbilidad del virus, son elementos de sobra para poder asegurar un proceso de desestimulo y desconfianza en las inversiones, como también de caída de los mercados mundiales como empezamos a visualizar.

Hasta el momento, el régimen de Maduro ha confirmado 2 casos de contagio en el país, pero dudo que sean los únicos casos de contagio que tengamos, a pesar de las medidas que puedan ser tomadas para lograr contenerlo. Nuestra población debe estar al tanto y se le debe proporcionar la información responsable acerca del avance, la sintomalogía y los mecanismos de prevención.

No quiero detenerme en el tema sanitario, a pesar de su relevancia. Quiero profundizar sobre las consecuencias de este Cisne en la política y en la economía Venezolana, ya que la crisis de los precios petroleros que hablábamos con anterioridad y el aumento de lo que han venido siendo las sanciones al país, agudizan de forma exponencial la crisis económica y social.

La tiranía de Maduro necesita colocar el petróleo en venta a nivel internacional a pesar de las sanciones. Quien fungía de intermediario para la venta, la empresa petrolera Rosneft, ha sido sancionada por los EEUU. Esta situación pudiera obligar a Venezuela, ante la caída de los precios, a guardar su petróleo o venderlo por abajo de los precios del mercado, para evitar bajar nuestra ya precaria producción. Esto ocasionará una nueva crisis en la ya golpeada PDVSA y afectará una de las vías de financiamiento legal de Maduro y sus mafias.

A pesar de que el control sanitario en la atención del Coronavirus lo tendrá la dictadura, la produnfa crisis humanitaria que vive el país pondrá en una disyuntiva a la tiranía entre enfrentar solos el problema o aceptar ayuda internacional humanitaria para palear la inminente crisis, lo que hasta el momento ha sido un punto de resistencia y que puede provocar diferentes reacciones a lo interno.

El intinerato de Guaidó se verá crudamente afectado. No tendrá mucho margen de maniobra en seguir proyectándose como poder real en esta crisis. Tras una evidente falta de convocatoria al país y las diferentes medidas tomada en este contexto de pandemia por parte de Maduro, sus demostraciones de fuerza quedarán reducidas a reacciones de la emergencia nacional.

Su única opción pareciera ser parte de su proceso de extinción, que es la de intentar servir de puente de entendimiento entre la tiranía y la comunidad internacional para entrada de ayuda humanitaria e insumos necesarios para poder enfrentar la crisis. Lo que dejaría con muy poco rango de acción y en una posición de reconocimiento claro a la usurpación. Nada alentador para Guaidó, su alto gobierno y los ciudadanos que lo reconocen.

Es un momento crucial, donde la responsabilidad y el accionar político debe tener la madurez suficiente para dirigirse a una población atemorizada (con razón) y desprotegida (por acción de la tiranía). Este Cisne ocasionará una incertidumbre general en nuestro país y debemos estar preparados para afrontarla.