No se pretende hacer una disertación definitiva sobre este tema, vasto e inacabado, por las distintas implicaciones de reflexiones o razonamientos de los pensadores dedicados a estos campos del saber. Simplemente, el autor se apoyará en estos términos para desarrollar la idea central del sueño de los venezolanos una vez que sea liberado del sistema socialista y, con él, de todas las violaciones que de la libertad han hecho sus portavoces y ejecutores quienes han obstaculizado y destrozado los principios democráticos, el crecimiento humano y el desarrollo de Venezuela.
Referirse a “desear algo” tiene una connotación pasiva, además de, una carga de fantasía o de relación con el azar. Se piden deseos o se desean parabienes a nuestros semejantes por tradición y hasta por rutina; así como, cuando se felicita o se bendice a familiares y amigos. El deseo es una acción que se queda corta y que se caracteriza por la inactividad o la pasividad. Por ejemplo, “deseo una mejor calidad de vida”, “pide un deseo de cumpleaños” ¿Suerte? o también, “¿Cuál es tu deseo”. Pero, no hago nada para lograrlo o me muestro sin iniciativa o sin un plan de acción para lograrlo. Es un deseo y nada más. Un deseo es una “muletilla” a la cual se recurre para sentirse bien, pero, que no está impulsada por un esfuerzo mental que involucre compromiso y energías para obtener resultados.
Por el contrario, “soñar”, es un verbo que evoca un ejercicio o práctica que induce a emprender o ejercer una acción que coadyuve con el resultado esperado y este es el logro de los objetivos, el sueño. Soñar implica ser un ganador que trabaja, día a día, para convertir sus sueños en realidad, en logros reales y tangibles. Un soñador, además, es una persona, perseverante, tenaz, firme, de buena voluntad, con propósitos y con ideales compartidos que celebra sus éxitos y exalta los logros de los demás y de los equipos de trabajo, es decir un ganador.
En este contexto, Vente Venezuela trabaja por un sueño: construir la democracia liberal. Un sueño enmarcado en tres acontecimientos puntuales que delinean momentos de alta significación para una nueva nación: salida del régimen del poder, gobierno de transición y elecciones democráticas los cuales una vez plasmados hagan posible la Tierra de Gracia que significa la nueva Venezuela.
¿En qué consiste ese sueño?
Esta visión de país, la República Democrática Liberal, descansa en una propuesta de país que parte de la ruptura histórica de un Estado grande caracterizado por el populismo, el clientelismo, el rentismo, el “cogollismo” y la centralización del poder, entre otros atributos propios de un “pueblo” o de súbditos, por un Estado, más fuerte, representado por los ciudadanos en el cual existan realmente libertades, solidaridad, libre mercado, responsabilidad, tolerancia y descentralización de poderes. Es decir, una ruptura histórica que comprende una visión que transmuta desde un paradigma socialista y tradicional, sobre el cual se basa la experiencia histórica de Venezuela, a otro paradigma nuevo y sin experiencia en la vida política de este país, es decir, construir una república signada por un paradigma liberal distinguido por: el libre desarrollo de los individuos, un estado fuerte al servicio de los ciudadanos que le procure seguridad y justicia y, una economía de libre mercado para la cooperación social, la prosperidad y el bienestar.
¿Cómo hacer posible este sueño?
Retomando el marco referencial expuesto párrafos arriba sobre lo que significa la dinámica y actividad necesaria para cristalizar un sueño es oportuno resaltar que para lograr, a mediano y largo plazo, este sueño de una nueva república, democrática y liberal, éste debe estar cimentado sobre algunas premisas; unas políticas y otras técnicas, pero, sobre todo, se necesita de una semilla (ideas), la preparación del terreno, la siembra de la semilla propiamente y los cuidados para que su germinación y desarrollo culminen con los frutos para lo cual hay que dedicar y concentrar energías y esfuerzo sostenido.
La semilla. ¿Cuál es la semilla? La respuesta a esta pregunta está en otras dos interrogantes: ¿Cuál va a ser el producto del sueño? ¿En qué beneficiará al país? Este producto estará representado por las ideas de libertad inmersas en el ideario VENTE, entre otros, los cambios educativos, culturales y morales sustentados en los ciudadanos, sus valores y principios para lograr una Venezuela grande y nueva. Así mismo, instaurar una república con administración de justicia autónoma muy apartada de la concepción de justicia tradicional dañina y aberrante. En fin, la simiente sería la implantación de un modelo liberal que enaltezca el libre desarrollo de los ciudadanos, que empuje la economía de mercado y que desarrolle un estado fuerte que garantice seguridad y justicia para la ciudadanía.
Preparación del terreno. Se refiere a las condiciones que debe reunir el sitio donde se plante la semilla. Este sitio es la mente. La “visión mental”. Para que la semilla germine los responsables de su siembra, equipos políticos y técnicos, afiliados y simpatizantes deben comprender este sueño para poder accionar y participar en los planes y propuestas que expone el nuevo paradigma que se formula. En fin, deben contar con formación liberal que le permita encontrar sentido al sueño y que este no sea una pesadilla.
Sembrar la semilla. Se debe asegura que las semillas sean sembradas pues de nada sirve de que éstas sean las mejores si no se le pone en condiciones específicas para que geminen. Esto significa que hay que accionar y sembrar la semilla. Actuar y no quedarse en un simple deseo; el de guardar la semilla, la idea, para otros momentos… quizás nunca. Se debe rechazar los obstáculos que impiden la siembra de la semilla. Por ejemplo, eso no es posible, esa idea no es factible, esa concepción de modelo no dará resultado si se implanta, me gustan las ideas de la organización por ser novedosas e innovadoras, pero, para otro momento. Hay que eliminar de los sembradores las ideas negativas o pesimistas o de que para sembrar se den tener todas las condiciones perfectas. En conclusión, no darle larga a la acción de sembrar y proceder a hacerlo.
Cuidados para la semilla sembrada. Así como la semilla que se planta necesita de suelo fértil y recomendable para su desarrollo, de agua, deshierbe y abono, las ideas, proyectos o planes requieren del cuidado que se le dé a lo largo de su siembra y desarrollo. Esto significa que hay que dedicarle tiempo, esfuerzo, atención, imaginación, evaluación de los avances, objetivos y metas y retroalimentación, en fin, acción con convicción y compromiso para el logro de la visión de país y de la idea que se tiene cuando se siembra.
Los ciudadanos venezolanos tienen su sueño y, favorablemente coincide con los sueños de VENTE. Desde esta organización hay que invertir tiempo y esfuerzo para explicar, con distintas estrategias y/o recursos, de acuerdo con los escenarios que se presenten, de manera que la semilla que hoy se siembra germine pronto y comience el desarrollo para convertir a Venezuela en una Tierra de Gracia.
Barinas, 12 de marzo de 2020
Coordinador estada de organización Vente Venezuela en Barinas.