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 “Reconexión”

El tiempo para los venezolanos transcurre y los ciudadanos en este ex país parecen encontrar más respuestas si miran al interior que si las buscan en la clase política que eligió para hacerse cargo del destino de la nación.

El dejar hacer (Laissez faire et laissez passer), la aparente nueva política del Estado forajido ha traído consigo un sentimiento de normalidad social, acompañado además de un agotamiento del discurso de quienes pueden liderar un cambio político para el desarrollo en Venezuela. Sin embargo, la ausencia del Estado de derecho y garantías jurídicas se muestran a su vez en los conflictos internos y las pugnas de los grupos de poder para el control del territorio que salen a la luz pública, el colapso del sistema energético nacional, la electricidad, el gas y el combustible afectan a todos en general, en unas regiones con más impacto que en otras y lo mismo el suministro de agua, transporte y comunicaciones.

Ante este panorama, el venezolano transita de nuevo entre el quedarse en el país o emigrar, esta vez con una visual un poco más profunda a la que en algunos años fue emigrar por sobrevivencia se cuestionan el emigrar por el crecimiento personal, por el futuro.

La solución según cada interlocutor puede ser política, puede venir de adentro del “pueblo”, puede ser electoral, puede no haber solución o la solución del caso Venezuela es por la fuerza.

“La solución” depende en realidad del contexto, para desplazar el Estado forajido se debe contar con la fuerza para contener y desarticular los grupos armados que operan, se debe tener liderazgo político para activar las medidas que llevaran a la Republica al desarrollo y además se debe rescatar la institucionalidad, con un agregado debe haber la voluntad de activar esta solución, entendiendo que esta no es la voluntad de un tercero sino la del proponente.

Ante la desconexión de la clase política con la realidad venezolana, la historia ha demostrado que puede emerger un outsider del contexto, que sufrirá la consecuencia de enfrentarse a la clase política y el Estado forajido al mismo tiempo, pero cuyo premio puede ser la obtención del poder y liderar el renacimiento de la república.

Finalmente está la esperanza de que una nación o grupo de naciones actúe en Venezuela debido a la amenaza que representa para la estabilidad de la región los grupos armados que operan en el territorio y los recursos minerales que permiten el desarrollo y crecimiento de los mismos, además del desplazamiento de venezolanos alrededor del mundo producto de la crisis.

Siempre se puede empezar de cero, el tiempo es el recurso más valioso que tiene cada persona en esta diatriba donde pocos tienen poder real de influencia más allá del de señalar, protestar y denunciar pero que sufre independientemente de su accionar las consecuencias del Estado forajido, en este contexto puede ser buena idea empezar de cero en un Estado que no sea forajido.

Quien ha decidido quedarse y luchar, no debe perder de vista que el Estado forajido detenta el poder y trabaja para su control permanente, estas mejorías aparentes son oxigeno cuando las condiciones les son adversas, la prudencia debe ser consejera en la toma de decisiones financieras.

Existe una mayoría de venezolanos que por una u otra razón son prisioneros del Estado forajido, ya que las condiciones económicas les impide avanzar internamente y también les impide emigrar, son los venezolanos que requieren una solución urgente que no llegará, a menos que se presione en la dirección correcta.

Venezuela requiere de la reconexión del liderazgo político con sus ciudadanos, se han dado múltiples salidas y visiones del conflicto que pueden dar fin a la crisis y rescatar la república, mientras no haya voluntad de activar alguna los interesados en mantener las cuotas de poder van a seguir avanzando en ese camino.

@bdjab