La dictadura que devino con Maduro en tiranía, desde el principio se manejó y se maneja, sobre todo, con estrategias y tácticas de guerra. Su mentor y ejecutor de las mismas, Hugo Chávez, como se sabe, fue un militar golpista, de graduación media-alta, con cursos desde luego, de Estado –mayor. Sobre lo cual desde hace tiempo he venido refiriéndome de cuando en cuando. Y si al menos algo de esto no sirvió para cristiana advertencia a la otrora infiltrada y descuidada cúpula opositora, al menos, a mí y a no pocos, nos ha servido para mantenernos despiertos y claros, al respecto.
Aquella oposición, en cambio, y a pesar de todo, siempre se ha manejado por los caminos políticos y democráticos, aunque con muchas fallas, pero con mucha ignorancia sobre el trato de guerra con que, por el contrario, la atacaba brutalmente la dictadura chavista. De modo tal que, Política vs. Guerra, no puede dar otro resultado que 21 años consecutivos de tiranía de guerra o militar.
He aquí algunos detalles de lo expuesto: todas las elecciones realizadas hasta el momento (aunque fuesen mil), todas, han sido bajo la presencia intimidante y protagónica de la fuerza de guerra militar. Pudiéndose haber dado alguna elección que favoreciere a la oposición, pero nunca una elección donde estuviera en riesgo la presidencia de la Republica en manos del chavismo, o sea, el chavismo puede entregar cualquier cosa, menos la presidencia de la Republica, “sí y sólo sí”, lo cual aún distrae a algunos y causa risa a otros.
“Esta revolución (“robolución”, mejor dicho) es pacífica (¿pacifica?), pero está armada”- decía su mentor a cada rato. Fraseo, cuyo destino final era caerle en caliente a la oposición política con sus fallas, es decir, con sicología de guerra. Luego el fraseo dejaba de ser sólo sicológico y se iba a la práctica de guerra física, esto es, diáspora, expropiaciones masivas con amenaza militar, persecuciones de ciudadanos en caliente, exilios masivos, persecuciones a dirigentes políticos y su encarcelamiento, a la misma Asamblea Nacional que ahora la corrieron de su sede, asesinatos masivos de estudiantes universitarios (160 estudiantes muertos (¿es poco?), asesinato del concejal Alban, muerte a Oscar Pérez ya rendido, correteo permanentes de diputados opositores, secuestro del tío del presidente Guaidó, quizá para un canje luego, entre otros.
En total, es una tiranía superpuesta sobre las reglas democráticas y constitucionales de la Republica. Tiranía militar, que en fin, tiene sus días contados, hasta por boca de algunos de sus adláteres más cercanos, porque es natural de que tal tiranía reciba la respuesta reciproca con que ha tratado a la oposición política y al país entero durante 21 años. Y en efecto, con tiranía no se discute CNE, elecciones, ni el padre nuestro, es menester que ésta salga primero del poder, luego nos entenderemos en política