A un mes de la culminación del período anual de la presidencia de la Asamblea Nacional y de la presidencia encargada de Venezuela, el panorama está más claro que nunca, pero lamentablemente no sobre la liberación de Venezuela, se tiene todo más claro en cuanto a cómo la dirigencia política ha elegido la ruta del error. Esa ruta equívoca de prebendas y cohabitación, en contradicción de la ruta del cese de toda usurpación, transición transparente y elecciones libres, como se acordó en el Estatuto para la Transición, aprobado en la Asamblea Nacional. Mientras que el tiempo corre los venezolanos padecen. Si se enumeran todos los errores de la dirigencia política, de este solo año 2019, la lista sería extensa, sin embargo, se podrían señalar tres hechos coyunturales, notorios y públicos para confirmar la magnitud de los errores y la desviación de la ruta acordada.
El primer hecho, Intoxicados de euforia y excitación, al ponerse en marcha el Plan Guaidó sus mentores políticos decidieron apostar por el «sí o sí» de la ayuda humanitaria el 23 de febrero, fue un error garrafal, vender la idea a los países aliados del quiebre de las FAN y la caída del régimen con la entrada de la ayuda humanitaria. No fue ni ayuda ni humanitaria, todo decantó en un polémico caso de burdel, muerte y corrupción, en el que algunos responsables son señalados y otros no.
El segundo hecho, el 30 de abril, pasado el efecto de esa alucinación con la ayuda humanitaria, vino lo que sería la total desnudez de la dirigencia opositora, esta vez mostrada en una orgía de cohabitación con el régimen, otro gran error, imperdonable por el grado de complicidad con las mafias, esa operación libertad que solo resultó ser un plan para la libertad de Leopoldo López, mentor principal del Presidente encargado y autor intelectual de las estrategias tomadas.
El tercer hecho y no menos importante, ya sin los efectos de esa alucinante euforia y todavía sin la completa saciedad de la cohabitación, vino el Caballo de Troya a la Asamblea Nacional, cargado de exdiputados del régimen, para concretar la deliberada cohabitación. Esto ha sido violando plenamente la Constitución y prácticamente entregando la Asamblea al régimen. Hoy pretenden además aprobar presupuesto para el régimen. El error de los errores, lo que podría poner fin a la democracia en Venezuela.
Todas estas acciones fueron condimentadas con diálogos y negociaciones a espaldas y en contra de los venezolanos. Tres hechos contundentes, con suficiente información pública que confirman lo sucedido, son suficientes para comprobar que la estrategia Guaidó tomó el rumbo equivocado y hoy solo vemos los esqueletos agonizantes de la esperanza que se niega a morir.