Fue Hugo Chávez quien desde un comienzo avisó que el mal que había llegado a Venezuela se propagaría por toda la América, no solo en Suramérica, ya que el objetivo final son los Estados Unidos de América. Cada vez que se decía “la espada de Bolívar recorre América Latina” era la mejor manera política de informarles a sus aliados que iba camino a tal control político. Lo primero fue crear una maquinaria o sistema económico que le permitiera llegar a las cúpulas del poder a través de la corrupción, este es el caso de Odebrecht. Es un sistema que se mantiene vivo y conserva las altas esferas del poder en el hemisferio, ya que a muchos de los involucrados ni siquiera se les ha abierto una investigación. Pero evidentemente, al ser público este plan, debían recurrir a un plan B.
Es hasta el 25 de julio del presente año que deciden reunirse, para de esta manera poner en marcha de forma unificada el plan B, que no es más que lograr el poder político o mantenerlo a través de la violencia. Es una fórmula que le ha funcionado en Venezuela y se proponen propagar por toda América. Lo que hoy ocurre en Chile, Ecuador, Perú, Argentina y Colombia no es más que una ola de desestabilización coordinada desde Caracas por la corporación del mal encabezada por Nicolás Maduro y la junta directiva de delincuentes que le acompaña.
Venezuela no escapa de esa escalada de violencia, y es cuando vemos asesinatos de dirigentes políticos. Hace pocos días ocurrió uno de ellos que conmocionó a todo el país, el caso del exconcejal Edmundo “PIPO” Rada, quien luego de 24 horas desaparecido fue encontrado asesinado en la carretera que comunica a Petare – Santa Lucía, estado Miranda, quemado y con dos tiros en la nuca. Por no existir instituciones dentro del país, de nada vale pedir una investigación seria, pero este caso solo le coloca su nombre a miles de víctimas de este sistema corrupto y delincuencial. Hoy son muchos que lloran a sus parientes, por ser asesinados por este régimen que se encuentra en el poder.
No solo somos víctimas de la represión o de la delincuencia, también de la falta de medicinas o alimentos. Es un sistema que buscan imponer en todos los países antes mencionados.
Los países que están siendo amenazados por este sistema planificado desde Caracas deben de manera inmediata alertar sobre el levantamiento social dentro de su país y no considerar que con congelamiento de algunas medidas van a poder controlar la situación. No, señores, lo que ustedes hoy están viviendo no es más que un intento de guerra para buscar el control político de esos países. Hoy estamos obligados a avanzar de manera coordinada o de la misma manera nos pasarán por encima hasta lograr sus objetivos. Llegó la hora de actuar y unificar las fuerzas democráticas en el hemisferio. Para que muy pronto les digamos que se acabó su juego. TIEMPO FUERA