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Tras la caída de la economía venezolana a partir del año 1983, las políticas de Jaime Lusinchi no tenían ningún efecto para la continuación de los años siguientes. Su gobierno se dio a conocer por implementar distintos controles en los que resaltaban el control de precios, el control cambiario, entre otros.

El fuerte objetivo que tenía sobre la lucha contra la insaciable deuda externa, se vio altamente influenciada por el factor que aún en nuestros días sigue dañando día a día la vida de cada ciudadano de nuestro país. Comenzó entonces la enfermedad del interés personal, y el interés nos lleva a la corrupción.

Hay que recordar que un gobierno socialista se basa en las ayudas sociales y esto no era la excepción para estos gobiernos. Con la llegada de la corrupción empezó la sociedad a sufrir, y esto se vio presente en aquello que, aún en nuestros días, se conoce como ‘‘El Caracazo’’; esto, no fue más que una manifestación de los ciudadanos en contra de lo que estaba pasando, de los abusos que se cometían en aquel entonces.

Si se lee un poco sobre ‘‘El Caracazo’’, puede llegarse a la conclusión de que fue un acto de genocidio sobre los ciudadanos de Caracas; pero viendo desde el otro punto, se dice que la influencia de los Castro en Venezuela era tan grande, que se llegó a la conclusión de que en ‘‘El Caracazo’’ hubo participación de guerrillas que cohabitaban entre los cerros de Caracas, y que, al presentarse el estallido social, salieron a las calles primero contra los ciudadanos, y luego contra las fuerzas represoras.

Pasó lo que pasó, el Gobierno se lavó las manos y todo resuelto, pero, ¿Qué pasó con esta reventona social? Y se vuelve al punto; hoy se viven tantas penurias y son por dos simples factores: la ignorancia y el sentimentalismo. ‘‘El Caracazo’’ no fue la excepción para hacer levantar de entre los escombros a estos dos factores.

La sociedad se vio bastante abusada por las tantas cosas que padecían, y estos actos que movieron al país crearon dentro de cada ciudadano un rencor que cada vez iba creciendo con más fuerza sobre aquellos que aquel día, del 27 de febrero de 1989, salieron a las calles, sobre esos líderes democráticos que hacían vida en aquel entonces.

La situación mejoraba al igual que empeoraba para muchos, pero esa mejora no fue suficiente para aplacar aquel rencor que ya era dueño de un país. Es necesario resaltar este tema, pues vemos el caso de Hugo Chávez Frías, del cual se afirma, que no fue excepción para estos problemas, pues vemos que fue un hombre que plantó sus objetivos desde un principio altamente influenciado por la minoría comunista del continente, los objetivos eran los mismos, un cambio para la sociedad venezolana.

El tiempo pasó, el rencor aumentó y el desfalco contra las arcas del Estado eran rústicamente notables, y esa forma rústica de hacer las cosas recaía principalmente sobre los ciudadanos. Llegó la fecha del año 1992 y ya sabemos lo que pasó. Pero, ¿por qué el pueblo venezolano se dejó llevar hasta tal situación? Simplemente porque se dejaron llevar por los factores ya mencionados antes: ignorancia y sentimentalismo.

Antes de resaltar los tantos males que padecemos hoy en día, hay que evaluar la relación del ciudadano venezolano para con estos factores. Y es algo que hoy sigue muy presente en nuestros días, puesto que observamos cómo las distintas caras del mundo político de nuestro país siguen jugando y haciendo lo que quieran con el polvo de las esperanzas que aún queda sembrada en muchos.

Pero ¿Por qué el ciudadano deja hacer tanto daño a su esperanza? Pues simplemente se ve abrazado ante la ignorancia y el sentimentalismo. Pero estos dos factores tienen a un buen mejor amigo el cual pasea por esas calles buscándolos, ese amigo es nada más y nada menos que el populismo. ¿De dónde nace el populismo?, pues nace de la suma de la ignorancia + sentimentalismo.

Es necesario conocer estos factores para darse cuenta de qué fue lo que nos trajo al punto de la historia que vivimos hoy. Cabe resaltar que nos enfrentamos a una de las enfermedades más peligrosas del mundo (ignorancia), y la cual no tiene cura, solo tiene un medicamento que puede controlarla, pero eso dependiendo de la cantidad de esfuerzo que se aplique para combatirla.

Es por ello que la lucha no termina al caer la narco-tiranía y resolverse el problema económico, es ahí donde apenas comienza la verdadera lucha, ya que  el problema principal no ha sido el daño causado por el régimen, si no, la ignorancia que aún pernota entre la sociedad, y es ahí que, como ciudadanos que queremos un país próspero, tenemos que enfocar nuestra lucha.