A comienzos de este año todos los venezolanos esperábamos con gran incertidumbre lo que sucedería en la Asamblea Nacional el 5 de enero, al elegir al Presidente de este nuevo período. Escuchamos atentos las palabras del nuevo presidente del parlamento, Juan Gerardo Guaidó.
Luego el 10 de enero, toma de posesión, se juramenta ante la Asamblea Cubana el usurpador Nicolás Maduro, para el nuevo período presidencial 2019-2025, y seguíamos a la expectativa sobre lo que haría el único órgano legalmente constituido que queda en nuestro país y reconocido además por la comunidad internacional. Estábamos en la espera de los anuncios para el 23 de enero y de nuevo con la incertidumbre. Rodaban rumores de pasillo, ¿se juramentará?, ¿Asumirá?; sí, no; todos nos preguntábamos.
Previamente a la fecha anunciada para la gran concentración del 23 de enero, se publica una foto en twitter y el mensaje: «tenemos el compromiso de hacer lo que sea necesario para alcanzar la libertad de Venezuela. Cuenta conmigo para avanzar con fuerza en esta ruta @JGuaido. A los ciudadanos, civiles y militares, y al mundo democrático, aprovechemos esta gran oportunidad». María Corina machado aparece junto a Juan Guaidó y le manifiesta su apoyo. Crecen las esperanzas.
Acudimos a esa cita con las expectativas altas, alegría y euforia sentimos cuando finalmente se juramenta como Presidente encargado.
Inmediatamente se pronuncia el Gobierno norteamericano reconociendo a Guaidó, lo respaldaron Canadá, Brasil, Argentina, Chile y Colombia.
La ruta planteada en enero fue:
1) Cese de la usurpación
2) Gobierno de transición
3) Elecciones libres.
Guaidó se juramentó como presidente encargado, pero a mi manera de ver, no asumió como tal, no se ha comportado como tal, asumió sólo la presidencia del parlamento.
Teniendo actualmente el respaldo de 58 países, sin el respaldo de las Fuerzas Armadas de nuestro país, luego de todo lo que ha ocurrido hasta hoy, incluyendo el intento del quiebre de las mismas el 30 de abril, el décimo intento fallido de diálogo y negociación, sin que el Régimen de muestras de querer una salida, dejando claro que por las buenas no se irán, la única opción posible es la fuerza. Hasta que Guaidó no tenga respaldo de las Fuerzas Armadas no podrá gobernar y para que eso suceda debe darse el cese de la usurpación en primera instancia.
Los venezolanos no aceptaremos un nuevo engaño y cito a Vladimir Petit que afirmó en el programa de radio de María Corina por RCR750 el pasado martes, palabras más, palabras menos: “si los tiempos de los políticos no se corresponden con los tiempos de los ciudadanos, se formará un Tsunami que les pasará por encima a todos”.
Sr. presidente Guaidó escuche a los ciudadanos que piden a gritos la salida de Maduro y sus mafias, sino los escucha el tsunami se lo llevará a usted y a todo su entorno.