“La historia sin fin”, película estrenada en abril de 1984, donde se relata la historia de un niño llamado Bastian, que encuentra un libro que narra sobre una tierra llamada “Fantasía”, un lugar donde la oscuridad lo está destruyendo todo y se aguarda por un humano idéntico a Bastian para que llegue a salvarla, antes de que solo quede la nada.
En este momento Venezuela se asemeja a esa Fantasía, donde predomina la oscuridad del socialismo, que ha traído destrucción y desolación a lo largo de estos 20 años y, al igual que “Fantasía” espera ser salvada, no solo del socialismo sino de los cohabitores que han prolongado la agonía y han hecho que la oscuridad permanezca por más tiempo.
Lo sucedido este 16 de septiembre en la Casa Amarilla, sede de la cancillería diplomática de Venezuela, deja una vez más en evidencia a través de un supuesto «acuerdo de paz» entre el régimen usurpador y la falsa oposición -parte del mismo régimen-, algunos de los rostros cohabitadores que nos impiden salir de la oscuridad antes de que solo quede la nada.
El noventa (90) por ciento de los venezolanos estamos claros de que la única salida del régimen y sus mafias, incluyendo los cohabitadores, es la conformación de una coalición internacional liberadora de paz encabezada por nuestros aliados más cercanos, entre ellos EE.UU., Brasil y Colombia, que nos ayuden efectivamente a ser libres.
Diez falsos diálogos hasta el momento nos han conducido a una historia sin fin en Venezuela. Pero hoy más que nunca hay una ciudadanía organizada y valiente, idéntica a Bastian, que no caerá en las trampas de los cohabitadores y no se detendrá hasta salir de la oscuridad.
Los venezolanos queremos ser libres para construir una sociedad rica y prospera, sin la más mínima sombra del socialismo. Llevamos en la sangre los genes libertarios, pero solos no podemos, necesitamos sumar la fuerza internacional, institucional y ciudadana para desmontar el estado criminal usurpador y sus mafias.
No podemos continuar con diálogos oxigenantes, ni en la Casa Amarilla, ni en Barbados, ni en Oslo, ni en Estocolmo, ni en ningún otro lugar, eso solo prolonga la agonía vivida en Venezuela. La única salida es mantenernos firmes en la ruta del coraje y la fuerza, mucho hemos avanzado, y hoy más que nunca, debemos sumar los apoyos necesarios para lograr el objetivo de la libertad, sin desvíos y con coherencia.
No lo dudemos, seremos libres y llegará la justicia, a quien deba llegar…..