De picadillos… Esto le calza completito a algunos escasísimos pro régimen que aún se acuestan con el chavismo –madurero-cabellero, y se levantan “turulecos” o sobresaltados por la cruda realidad que los circunda, pero en la calle, no en las comodidades de sus casas o apartamentos.
En efecto, la ruina total del país es al menos bestial, demoledora, producto de un “modelo” de destrucción y corrupción chavista -madurero-cabellero, sin igual, cuyos pro-régimen defienden todavía, casi que automáticamente (sin ser contactores eléctricos), ya sea por costumbre insana, por estar siempre en cuclillas, “lejos de rodilla en tierra”, o por coprófagos semi- tarifados, a pesar del impacto callejero que reciben a diario de la realidad de un país en hambre, pero los cuales ya son inmunes al dolor ajeno, como “desconocedores” del TIAR, que así lo asegura un excelente columnista de mi aprecio y consideración.
Pues bien, el TIAR que bajó a los infiernos, pasó por el Purgatorio y va rumbo al Empíreo, a los Cielos, como sabíamos, y por sus siglas en español es, Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca, el cual a estas alturas, está o va en camino correcto de aprobarse en la Legitima y Constitucional Asamblea Nacional. Esto, como este viejo adagio llanero que sigue, le calza completito, como ya dije, a los tales “desconocedores” de segunda mano y a los escasísimos imbéciles pro-régimen: “Están viendo a los burros cargados de conejos y todavía creen que los perros son mansos”. En términos generales, el socialismo tiene y ha tenido grandes fracasos en sus tesis política -económica. La Cuba de los Castro, padece y ha padecido de hambruna y de hambre simple; la misma Rusia con o sin Putin, con todo su desarrollo espacial (según fue a la luna también), ha sufrido de penurias sociales importantes; incluso la China, desde luego, cuando gobernaba Mao Tse Tung, murió de hambre y enfermedades; el tal “beriberi” que atacaba a los desnutridos campesinos en los arrozales, no se puede olvidar.
Pero entonces hay que destacar y no meter a todos los socialistas en un mismo “saco”. La Chile de Bachelet no fue una dictadura; esa señora perdió las elecciones frente al señor Piñera y entregó el gobierno como cualquier demócrata; tampoco Chile moría de hambre como muere de hambre hoy Venezuela.
En total, el socialismo –comunismo es un verdadero fracaso, pero por ello, nada hacemos con ser mezquinos con la señora Bachelet y con algunas otras pocas excepciones socialistas que, a lo mejor con su proceder particular, han terminado enterrando al marxismo –leninismo. Pronto avisaré cuando esta columna coja camino internacional.
Eleazar Contreras