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Hablar de statu quo en Venezuela es generar una polémica instantánea. Hoy hablamos del statu quo en la política, en las altas esferas de algunos sectores importantes que hacen vida en la oposición; pero analizamos y exploramos todos los sectores del país bien sea empresarial, social, gubernamental, ciudadano y transnacional que son participes de un statu quo que hoy está presente en Venezuela. Un statu quo que busca el beneficio, poder, acomodo, y sobre todo en estos tiempos en donde el régimen se ha convertido en una fiera herida, muy volátil y agresiva; es allí donde algunos buscan ser intocables, tener cierta protección y privilegios.

 

El statu quo implica que hay un equilibrio de poder, existe un grupo que pretende mantenerlo a toda costa. Como tendencia general, los defensores del statu quo son quienes tienen el poder, además,  consideran que la situación no debe modificarse y cualquier propuesta contraria es considerada como una amenaza o un peligro que puede romper la armonía.

 

En este sentido, hay un mensaje implícito entre los partidarios de preservar el statu quo, que vienen a decir que es mejor no tocar las cosas, que todo continúe igual y que los cambios son peligrosos.

 

Hoy vemos como muchos empresarios por no perder algunas concesiones o quizás para no dejar de saborear, de sentirse con cierto poder de tener contacto directo con el Estado bien sea en el ámbito nacional, regional o municipal, para poder resolver alguna situación que les perjudique directa o indirectamente, o como es el caso, de cuidar sus intereses siempre apoyando al gobierno de turno, entonces entran  en un círculo de deslealtad y deshonor con su gremio perdiendo toda óptica del sentido de equilibrio ético en pro del desarrollo del país.

 

Hoy existen grupos de presión que han hecho una gran inversión en el ordenamiento existente y, en consecuencia, luchan con todas sus fuerzas contra los cambios, por más ineficientes e injustas que sean las reglas en este momento. Siempre hay grupos beneficiarios del orden existente y estos suelen ser poderosos por penetrar al régimen, por su acceso a los medios y a intelectuales opuestos a adoptar nuevas reglas.

 

La incoherencia marca la pauta impulsada por el descaro, los llamados a ser responsables se hacen los locos y los que están padeciendo la crisis en ocasiones ya ni reclaman. Este es parte del statu quo donde nos encontramos, inducido por este régimen, por una política de sometimiento continuado plasmada de forma intencional por un guion preestablecido por los hermanos Castro y, apoyados por muchos sectores que se hacen ver como sus adversarios.

 

El statu quo siempre es la opción más fácil para aquellos que no quieren un cambio, por temor a perder poder y beneficios. Esta lucha que hoy impera en Venezuela sobrepasa la lucha política o económica, es una lucha existencial entre el bien y el mal que ha prostituido y corrompido todos los organismos del estado, las instituciones y a gran parte de la sociedad, en una lucha por la ética, los principios, valores y moral de los ciudadanos libres de mente y corazón que hoy podemos luchar por rescatar los gremios, instituciones y organizaciones que serán necesarias para la reconstrucción del país.

 

Cuando admiramos las acciones de aquellas personas que consideramos lideres, ya sea en la política, la economía, la ciencia, el deporte, las artes, los espectáculos, la familia, la organización en la que trabajamos, el municipio, el estado o el país donde vivimos, nos damos cuenta que dichas personas se han atrevido a ir más allá de lo que normalmente se acepta. Es decir, se han atrevido a cambiar el statu quo existente.

 

Jesús Farías

@farias_jesús