Una patria herida por la cual aún seguimos luchando; los tiranos siguen haciendo de las suyas, asesinando e hiriendo personas que no callan, que luchan, que sufren las carencias de un país devastado. Pero, aun así, sin perder las esperanzas de recuperar lo que una vez se les arrebató: su libertad.
Angustia y tristeza son los sentimientos comunes de quienes aún quedamos en Venezuela. La mayoría de los venezolanos se encuentran cada vez más aislados, más distantes; las camas matrimoniales podrían ser cambiadas por individuales, mientras que un par de cubiertos sobre la mesa es suficiente porque no hay compañía para comer.
La inseguridad y la decadente economía han pulverizado la calidad de vida. Los niños ya no juegan, ya no estudian, ya no sueñan… Hay sentimientos de frustración en cada corazón; las lágrimas no dejan de correr por cada rostro, no importa la edad que se tenga porque todos sentimos iguales.
Aún dentro de cada corazón fracturado queda la esperanza de reencontrarse nuevamente con su familia; de ver florecer este país lleno de bondad, honestidad, paz y amor.
Por eso, aquí estamos, de pie. No podemos acostumbrarnos a lo malo; nuestra lucha es de corazones contra balas, pero aquí seguimos. No podemos desconocer que el país se ha deteriorado en muchos ámbitos; pero también tenemos que ver las bellezas, la gente maravillosa, trabajadora y honesta que antepone la buena cara al mal tiempo y que, con esfuerzos, día tras día va logrando éxitos. Todo, a pesar de las malas noticias y de lo que diariamente leemos en las redes sociales. Necesitamos tomarnos de la mano y remar juntos para el mismo lado.
Lo mejor de todo es ver cómo tantos venezolanos seguimos aquí en pie de lucha, preparando un país próspero para recibir a cada uno de nuestros familiares que se fueron a otras tierras en busca de calidad de vida. Aquí seguimos, sin bajar la cabeza, con la esperanza de no tener que dejar nuestro país porque sabemos que vendrán tiempos mejores y que, a pesar de los pesares, siempre vale la pena luchar por lo que será un país mejor para todos.
Es verdad; hemos transitado por años muy difíciles, pero jamás debemos permitir que nos roben la esperanza y el optimismo. No basta estar preparados para la Transición, tenemos que estar preparados para vivir en libertad y comprometernos en la lucha por conseguir un país mejor y más próspero.
Lo positivo siempre superará lo negativo.
Venezuela, el mejor país del mundo.
Vanessa Zambrano,
Coordinadora de Promoción de Valores municipio Pedro Zaraza del estado Guárico.