No recojo ni me desmarco un milímetro de lo que dije la semana pasada, sea, por lo del dominó franco y sin tranca (que por cierto gustó mucho en las redes sociales y en los propios medios escritos que quedan) o, sea, porque Dios es grande y agranda el camino angosto que algunos no quieren ver ni escoger hasta que al final, lo escoge la mayoría.
Sin embargo claro está, con sobresaltos o estirando y encogiendo como un acordeón, que tampoco vamos a ninguna parte. Por ejemplo, quién le diría al presidente (E) Juan Guaidó que el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) era exactamente compatible con las hartamente fracasadas reuniones en Oslo, o ahora en Barbados entre régimen y oposición. Nadie se lo ha dicho, porque en efecto, el TIAR no es ambivalente como otros elementos de la tabla política. Tiene una sola valencia que colinda con lo correcto. Con lo que se debe hacer para salir del régimen corrupto y hambreador.
De modo, presidente Guaidó, termine de cerrar el inning, no se haga hacer más carreras en su contra, mire que las gradas se le vienen encima. ¿Que está solo? Nadie está solo, pero sólo usted carga esos fantasmas encima. Deje los acontecimientos que fluyan por el camino que indica el pueblo oprimido y hambreado. Pongan oído en tierra Guaidó, Frente Amplio, Grupo de los cuatro “chéveres”, paragüeros del régimen. Se querrá decir entonces, si no hay quien lo desmienta pero seriamente, de que si hubiera un solo salvavidas, un solo paracaídas, el país aún no se salvara, se salvaría el régimen que lo ha ocasionado todo, la mayor ruina en la historia.
Pues sí, con esa actitud impropia, incompresible, por decir lo menos, hasta para un niñito de las primeras letras, se busca liquidar todo el esfuerzo que se ha hecho dentro y fuera del país. Quién puede entender que en la mañana de este lunes pasado el presidente (E) se animó (al fin) a tomar el toro por los cachos y al ratito, sin entrar aún la tarde del día, el mismo presidente (E) asoma que se reanudaran las conversaciones en Barbados… ¿Insania mental? Dios nos libre de ese refranero popular bien jocoso y obstinado que dice, que «hasta el cura es loco”.
Luego intuimos de nuevo, por vía de los hechos, de que el paracaídas, el único que quede, sería para el régimen, según las maniobras de Barbados, y el país…bueno el país que se estrelle.
Sin embargo, como no somos aguafiestas sino siempre optimistas en todo, esperemos que estas líneas sean las que se estrellen y el país sea el del beneficio y no sus consecuentes martirizadores.