Los venezolanos que hoy padecemos las consecuencias nefastas de un sistema socialista que por décadas se ha instaurado en nuestro país, hoy hemos asumido el valiente reto del rescate de la libertad a través de la participación activa con organización ciudadana. Pero para que esto nos genere resultados tangibles y efectivos hemos de entender la naturaleza del ataque que enfrentamos, principalmente desde el plano psicológico. Y En este punto me detengo para preguntar; ¿cuándo fue que empezamos a aceptar o a permitir acciones sociales que vulneraran nuestra dignidad humana?
Cuando una autoridad se proyecta en su discurso, gestualidad y accionar con violencia, no busca otra cosa que mal educar con el ejemplo a la sociedad e imponer mediante agresiones un comportamiento que acepte y normalice el agravio a nuestra dignidad.
Es por ello la necesidad de revisar desde lo más profundo de nuestras actitudes en el plano personal, familiar, laboral y social hasta donde ha penetrado el socialismo a nuestras vidas, mediante sus más poderosos recursos: el irrespeto a la individualidad, la inestabilidad emocional mediante la promoción del odio y el conglomerado de antivalores que son propicios para fracturar cualquier estructura individual, familiar o social.
Y es que han buscado ponernos en guerra, quebrarnos desde adentro, quebrar nuestra esencia, fabricar enemigos para confrontar en todas partes, el odio es la gasolina de este tipo de sistemas. Pues bien, ya sabemos que una de sus primeras políticas es la pobreza y la oscuridad, pues enfrentémoslo con riqueza y luz.
El venezolano en su esencia es un ser rico que le han querido enseñar que es pobre, y que la pobreza es normal, ¡y no! No hablo solo de riqueza material sino de esa riqueza que cada quien tiene dentro y que solo ha de concientizarla para poderla compartir a otros, es la riqueza espiritual, la que proporciona los principios y los valores, esos que nos permitirán combatir la oscuridad con luz.
Sacando con firmeza lo mejor de nosotros lograremos erradicar las replicas que ha dejado las siembras de odio en nuestros corazones, enfrentando con coraje los monstruos de afuera con armas que ellos simplemente no saben manejar, como lo son: las ideas, los valores, la organización y la unión ciudadana, encaminaremos nuestros esfuerzos al desarrollo y en esa medida, a la conquista de la libertad y a la construcción del país grande y poderoso que nos merecemos.
Andrea Katheryn Jaimes Q.
Coordinadora de Planificación y Finanzas
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