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Mayo es un mes especial por muchos motivos: es el mes de la mujer, se festeja la Cruz de
Mayo, se oficializa a la orquídea como nuestra flor nacional, al turpial como ave que nos
identifica, al araguaney como árbol de Venezuela, e internacionalmente, ayer 13 de mayo, la
comunidad católica en todo el mundo festeja la aparición de la Virgen en Fátima, exactamente
en Cova da Iria, Portugal, por ende, la comunidad lusa de nuestra tierra que tanto nos ha
aportado, está de fiesta en honor a la Madre de Jesús bajo su advocación portuguesa.

En la época en que ella decidió mostrarse ante los tres niños, el mundo estaba en la I Guerra
Mundial, ¡la peor de todas!, porque las fuerzas militares estrenaban el uso de las armas
químicas en pleno campo de batalla, además, de no tener algún tipo de “código de ética” para
los combates; realmente, salvajismo puro… La Virgen habló a los tres pastorcitos (en resumen
de toda la información) sobre lo desastroso que sería para la humanidad seguir caminando al
lado del odio, de las diferencias, del desamor entre unos y otros. Advirtió del peligro al irrespeto
hacia la vida, de toda índole, y sobre todo, de seguir en guerras absurdas.

La Santa Madre pidió a los pastorcitos que rezaran el rosario, y les dijo que informaran sobre la
urgencia de orar mil rosarios por el mundo para liberarlo de la debacle que le esperaba, más,
por lo que iba a ocasionar el comunismo sino se consagraba a Rusia a su Inmaculado
Corazón, ya que todos esos malos sentimientos y pensamientos eran ocasionados por el
maligno, que se vestía en política de color rojo, para hacer perder a las almas. La Virgen, clara
en sus mensajes, explicó como el innombrable le teme al rosario, por ser el arma más efectiva
para vencerlo.

En la última procesión en honor a la Virgen de Fátima, el pueblo portugués clamó al cielo para
que acabara con la tiranía de De Oliveira Salazar, por lo que la Santa Madre escuchó el ruego
de sus hijos que se dedicaron a orar el rosario, como Ella lo había pedido en Fátima, para
concederles el favor. De esta manera y un año después, en 1974, se producía la Revolución de
los Claveles y con esto, el fin del tirano De Oliveira. En Polonia, durante los años comunistas,
los abusos y violaciones a los Derechos Humanos fueron incontables e indescriptibles. Lo que
el sufrido pueblo polaco tuvo que pasar durante la II Guerra Mundial con la invasión rusa a sus
tierras, y lo que ello derivó, es una de las tantas cuentas pendientes de la ex URSS con el
mundo.

Pocos saben que en Polonia el catolicismo decidió organizarse para combatir al comunismo. El
entonces monseñor Wojtyla, era uno de los que ayudaban a la resistencia desde el exterior, así
como en sus visitas clandestinas. El futuro Santo PP, Juan Pablo II, aupaba a las reuniones de
oración y era la voz de la denuncia dentro del Vaticano. En los últimos años comunistas en
Polonia, fue cuando se comenzaron hacer reuniones en casas, iglesias y sitios públicos para
orar el rosario. La historia católica polaca narra en la voz de miles de testigos, practicantes y de
quienes fueron actores en primera fila de los hechos, sobre la infinidad de fenómenos
inexplicables que ocurrían en esta hermosa nación.

La rebeldía ciudadana contra los incrédulos y nefastos comunistas comenzó a verse en las
calles con mucha fuerza, no solo con las duras protestas lideradas por Lech Walesa y Václav
Havel, entre otros, sino cuando se empezó a ver a las 3:00 p.m. a toda la ciudadanía polaca
totalmente congelada, cual estatuas, en cada calle y lugar del país, sin importar la tarea que
hacían, y solo, para unirse y REZAR EL ROSARIO.

Al principio, los comunistas no entendieron ni le dieron importancia, aceptando sin mayor
problema el “extraño” actuar. Mientras que el pueblo polaco oraba a María para que expulsara

al comunismo de su país, cuentan que en los sótanos de tortura, celdas de represión y
detención, cuando los presos iniciaban la hora del rosario, comenzaban a suceder eventos sin
explicación alguna, ¡hasta Lech Walesa fue testigo de uno de los tantos fenómenos que
ocurrieron!
Cosas como que a las 3:00 p.m., cuando se iba a torturar, comenzaba a salir de la nada en
espacios sin ventilación ni ventanas, un profundo olor a flores, así como también, la aparición
en las celdas vacías y oscuras (unidas entre sí en largos pasillos) de esferas de luz, que de la
nada se dejaban ver flotando, interactuando entre sí y moviéndose a una velocidad sin
descripción, muchas veces, acompañadas de cantos de niños o música instrumental de alta
frecuencia; todo esto, mientras los detenidos con una profunda convicción y fe en la actuación
de Dios y María para liberar a Polonia, se tomaban el tiempo de rezar el rosario.
También cuentan que los torturadores, a la hora de la Misericordia, inexplicablemente
cambiaban su forma de actuar: olvidaban a lo que iban, dejaban solas a sus víctimas y los
devolvían a las celdas por días. Muchos comunistas del régimen polaco, viendo las cosas que
pasaban, por miedo, comenzaron a desertar del partido, pedían traslados y ya no querían estar
en las áreas de tortura… hasta que un día se concretó el milagro en Polonia, ¡los rusos
comunistas dejaron en paz al país centroeuropeo!
Muchos desconocen que Venezuela es el único país consagrado al Santísimo Sacramento, y
esto nos da escudo de oro y platino como alianza para no caer en el comunismo, además de
que somos un país profundamente Mariano, hecho que odia el comunismo porque proviene del
infierno. Pienso que a Venezuela tocará exorcizarla, porque fueron veinte años de pactos y
prácticas con el averno, así que sugiero incorporar, como parte del plan de recuperación de
Venezuela, la realización de una Misa Solemne con frailes franciscanos (especialistas en
exorcismos) para limpiar a nuestra nación de la “mala vibra y de la pava” que dejarán los
genocidas usurpadores.
Como se comprueba, el comunismo es el mal hecho carne, y no traerá jamás, algo bueno, al
país que lo tenga como práctica política. Lo crean o no, la lucha es así, ¡espiritual!, así que
mantengo lo que vengo diciendo desde 1999 a todo el que pueda: aquí hay una pelea de dos
energías, por eso hay que rezar mucho. Oremos el rosario para vencer al enemigo y sintamos
la certeza de la libertad en nuestra Venezuela, porque es tierra de María Santísima, de Dios
Padre e Hijo, y bendecida por el Espíritu Santo. Con Dios todo, sin Dios nada, y solo ante Él
¡se doblan las rodillas!

Publicista y editora
Dirigente de Vente Los Salías