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(Barcelona. 08/05/2019) El desarrollo de los acontecimientos políticos no marcha como quisieran las mayorías opositoras, sin embargo la misma “suerte” cargada positivamente empuja a los acontecimientos a favor, la cual no deja que la dictadura madurera se zafe, sino que la hace enredar a sí misma en su propia trampa “caza bobos”.

Ahora vuelvo a la carga hacia el respecto. Ese gran espectro de ventajas que  a todo trance favorece al movimiento opositor, tiene que cuidarse, tiene que mirársele con “ojo científico”, y desde luego con la observancia emergente del “empirismo relevista”. Por supuesto mucho de estos recursos o ventajas importantes se han echado por la borda reiterativamente, sólo que esos recursos afortunadamente vuelven a recuperarse, como la sangre, y  a veces en mayor cuantía, lo cual al momento no es el caso, pero que, sin embargo, siguen siendo importantes los recursos o ventajas del movimiento opositor.

Debemos resaltar que uno de cuyos recursos destacados es el apoyo social y político de la Comunidad Internacional, el cual no a veces resalta por encima de la “des voluntad” de ciertos actores políticos nacionales que se prestan para “bagatelas políticas” anti-opositoras. La política se fue de las calles  a los cuarteles. Así es. Ya en las calles con errores o sin errores se hizo lo que se pudo, y además con lo que había o hay, es decir, con lo que queda en pie que aún no se ha marchado del país.

La política se mudó de lugar y se fue  a otro sitio a enmendar la plana de lo cual no es culpable; al propio centro del poder, ahora vergonzosamente corrupto. Así es la política, eso sí, la política seria y determinante -repito-, se fue  a los cuarteles, pero a meter orden y disciplina con vista a la Constitución Nacional. Habrá quienes la acepten y habrá quienes la rechacen a favor de la corrupción y la hambruna nacional. Pero nada importa a estas alturas del mal juego político. Pues la decisión tomada a favor de la “Salvación Nacional” no tiene vuelta atrás. Vendrá o saldrá de aquí mismo, pero vendrá.

Y cuartel que juegue carritos o lo encuentren afilándole las espuelas a una gallineta de gallera de pueblo, quedará de necio y ridículo ante el país. Entonces es tiempo de escoger, entre lo bueno y lo malo; entre la magna historia o el destierro a cárceles extranjeras, por traición a la Constitución Nacional  y al mismo derecho público internacional. A escoger pues.

Eleazar Contreras