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Un cambio de régimen para salir de la crisis en la que se encuentra Venezuela es el objetivo por el cual todos los venezolanos estamos en la calle. La esperanza para lograr este cambio está representada hoy en el presidente encargado de la República y  todos los ciudadanos además de acompañarlo, estamos obligados a convertirnos en articuladores y constructores de ese cambio, este es un deber, pero es sobre todo también nuestro derecho.

De allí que mucho preocupe que con argumentos falaces, estériles e inexactos una “distinguida” vocería recurra a manipulaciones lingüísticas para hacer creer que quienes opinamos o hacemos propuestas legitimas para superar la actual situación boicoteamos todas la iniciativas de una generación de iluminados que ha de pensar y decidir por nosotros.

A pesar de todo no cabe dudas;  el día del fin del régimen se vislumbra cerca, y quienes sin pedir permiso ejercemos nuestros derechos  no dejaremos de declarar que para que este se consolide, a la fuerza ciudadana se le debe sumar la fuerza internacional, una fuerza que contribuya a restablecer la democracia derrumbada. Estamos convencidos de que  este respaldo internacional hasta ahora no solicitado es vital para salir del actual régimen, sin embargo, no nos extraña que aun no sea requerido, pues resulta que a nivel local tampoco pareciera ser necesario el apoyo de las distintas fuerzas que hacen vida en el país, tal parece que los pensadores ya están completos y solo  necesitan de aplaudidores.

Así pues cuando parte de la oposición demanda el acompañamiento ciudadano y dirigencial para el ejecútese de su estrategia estos responden con contundencia, pero cuando sucede al inverso, es decir cuando son los ciudadanos quienes  exigen acciones inmediatas y claridad en los objetivos a la clase política la respuesta obtenida es el silencio, el devaneo, la incertidumbre, la manipulación y hasta el regaño. Nos solicitan y hasta nos exigen que sigamos a ciegas estrategias inconsultas por ellos diseñadas para lo cual consideran que nuestro único rol es el de mantenernos en la calle para aumentar la presión sobre el régimen,  con la esperanza (nuestra) de que ese día algo suceda. Mientras tanto, ellos, los iluminados de esa generación, deliberan sobre cómo y cuándo actuar para salir del régimen si la nueva-vieja estrategia fracasa.

Con  lugares comunes como: “quien hable mal de la oposición le hace el juego al gobierno”, “esos son los divisionistas de siempre”, “basta de individualismo, “sin unidad nada es posible”  pretenden dejar sin discusión ni evaluación los planteamientos que por no provenir de las mismas mentes iluminadas parecieran no ser dignos de consideración, pero ademas con ello provocan  retrasos deliberados, desvían el debate, y niegan los derechos ciudadanos que hoy juran defender.

Resulta  incongruente ademas que quienes luchan por devolver la libertad que  el pensamiento único expresado por el socialismo le arrebató a la ciudadanía se remitan a las mismas prácticas que hoy combaten, quienes así actúan carecen de argumentos sólidos para refutar ideas en debate, por lo que solo les queda el llamado al silencio que desde diferentes tribunas ya de manera exasperada y sospechosa pretenden hacer. Obvian quienes así actúan que este país de todos exige un cambio total de sistema y no solo un cambio temporal de verdugos para poner fin a estas prácticas personalistas.

Hoy más que nunca no delegaremos nuestra ciudadanía ni nuestra función parlamentaria en nadie, no lo hicimos antes, no lo haremos ahora. Estamos conscientes de que como legisladores somos parte del estado y por ello tenemos también la responsabilidad de proteger a nuestros ciudadanos, por ello en este momento cuando resulta ineludible forjar con tesón el cambio que reclama Venezuela, ademas de exigir nuestros derechos cumpliremos también con nuestros deberes.

Los venezolanos somos dolientes, artífices,  articuladores y constructores de nuestro destino y aun cuando reconocemos que solos no podemos hoy libramos nuestra gesta por la libertad como protagonistas y no como simple espectadores, por ello nos negamos rotundamente a ser considerados y reducidos  por unos pocos como parte de un comité de aplausos.

@DignoraHernandz