La esperanza renace en todos los rincones de Venezuela. Germina como una flor en medio de un desierto al que suelen llamar socialismo.
La esperanza se observa en los ojos de las madres y de los padres que marcharon y se concentraron en el Distribuidor Fabricio Ojeda de Barcelona el pasado 23 de enero.
La esperanza late en todos los corazones de los venezolanos, es un sentimiento de felicidad.
Es un sentir que explotó cuando vimos a Juan Guaidó jurando como Presidente encargado de la República de Venezuela.
Vive la esperanza con cada pronunciamiento internacional en favor de la libertad y de la democracia en Venezuela. Yace en las acciones corajudas y democráticas de una ciudadanía que no descansa hasta que se consolide el cambio y la libertad.
Como ciudadano me siento orgulloso de ser parte de esta sociedad cívica y combativa. Como un libertario me siento feliz al ver a millones de hermanos venezolanos en las calles aupando un mañana mejor para toda nuestra gente.
La esperanza de que nuestros hijos, padres, hermanos y amigos regresen a Venezuela vive. La esperanza de volver a ser libres y comer lo que queramos y cuando queremos vive.
La esperanza de trabajar y de recibir un sueldo acorde con los sacrificios que se hagan, vive. La esperanza de volver a vivir bien está ardiendo en el pecho de cada venezolano que repudia la usurpación de Nicolás Maduro y están resteados con el cambio cívico nacional.
Venezuela vive tiempos de esperanza; no estamos solos, cada vez, más personas, más institucionales, más naciones en el mundo se pliegan a esta lucha para la libertad, el progreso y el desarrollo de Venezuela.
Desde Puerto La Cruz, y desde Vente Venezuela nosotros seguimos adelante luchando, en las calles, por este país que nos arrebataron hace 20 años y que estamos obligados a rescatar en el actual momento histórico que nos tocó vivir.
Maduro tiene que irse de una vez, ni los venezolanos y ni el mundo lo quieren. Todos lo repudian, tan solo le quedan los trasnochados de la izquierda mundial, que siguen detrás de una quimera que no es materializable y cada vez que lo han intentado sumergen en el caos, el hambre y la muerte a millones de personas.
El socialismo en Venezuela está feneciendo, tiene fecha de caducidad. Los venezolanos no soportarán más que este modelo se eternice. Llegó la hora del coraje, y los ciudadanos de este país están demostrando que poseen la valentía suficiente para tomar el toro por los cuernos y fabricarse un mañana de dignidad, libertad, progreso y real paz.
@wcaballerolopez