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En el alto gobierno no hay moral de ninguna índole. El Régimen carece de moral y de ética en el ejercicio del poder. Es más, el régimen venezolano construyó nuevos esquemas de valores, conceptualizó una moral nueva, distinta a las demás, y completamente divorciada de la realidad del país.

Como si fuese producto de un cuento asombroso, Nicolás Maduro celebra el Día del Estudiante Universitario anunciando 20 mil becas para estudiantes colombianos.  Y esto ocurre mientras decenas de integrantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV) salían a las calles a protestar por mejores condiciones de estudio.

¿Ironías del socialismo? Por un lado Maduro acusa a Iván Duque, Presidente de Colombia, de no invertir en la formación de las nuevas generaciones de colombianos e invita a 20 mil de éstos a formarse en nuestro país, pero paralelamente nuestros muchachos tomaron las calles para exigirle a ese mismo señor llamado Nicolás Maduro a que trabaje por las universidades del país.

La paradoja del socialista es que ellos ven la paja en el ojo ajeno, pero se olvidan totalmente de las vigas en sus propios ojos.

Maduro no se le enfría el guarapo cuando de malgastar los recursos de los venezolanos se refiere, para él es más importante hacer una maniobra política que incomode a sus enemigos ideológicos colombianos, que invertir en soluciones reales para los venezolanos.

La amoralidad revolucionaria es de tal magnitud que desde Caracas denuncian la supuesta represión de la cual son objetos estudiantes en Colombia o jóvenes desempleados en España, pero ellos aquí le lanzaron “gas del bueno”, perdigones, y enviaron a los calabozos del Sebin, a miles y miles de estudiantes que luchando por una Venezuela libre.

Es la misma moral de aquellos dirigentes de los 60, 70 y 80 que señalaban de imperialista a los EEUU de Norteamérica, pero hacían silencio cuando los soviéticos invadían Checoslovaquia, Afganistán, o cuando la represión Húngara. Así actúan los comunistas, son tremendos para denunciar a sus oponentes, pero aún más constantes para  apañar, solapar y ocultar sus miserias.

La moral de la izquierda es especial, para ellos no es importante que sus políticas generen hambre y miseria siempre y cuando tengan a alguien a quien señalar como el responsable de sus propias catástrofes.

Maduro llama corrupta a las naciones capitalistas, pero no habla de sus sobrinos encarcelados en los EEUU acusados de tráficos de drogas, ni como los jerarcas socialistas son descubiertos con fortunas multimillonarias.

Por estos motivos, debemos librarnos cívicamente de la amoralidad de la izquierda.

@wcaballerolopez