La sociedad animal es una parte de la ciudadanía que siempre se ha mantenido activa en su trabajo a pesar de los pesares diarios y muy poco le debe al régimen para alcanzar sus objetivos comunes, el bienestar de los animales y la no discriminación de los mismos. Pues bien, en este último punto la dictadura ha llevado la batuta pues el borde de miseria al que ha empujado a miles de venezolanos está arrastrando también, y de manera descomunal a los animales domésticos y salvajes de Venezuela.
Miles de proteccionistas independientes realizan un arduo trabajo que acompañado con el apoyo de la sociedad civil ha evitado durante muchos años la permanencia de animales en situación de calle, alimentando, cuidando y velando por el bienestar de animales domesticables. No obstante, este trabajo se ha vuelto cada vez más complejo debido a los elevados precios del alimento para mascotas, medicinas veterinarias y servicios generales que requieren normalmente los animales sin hogar. En este sentido, la situación no discrimina a las mascotas de familia, puesto que para sus amos también se han vuelto un reto, a tal punto que una opción considerada por muchos es –dejarlos morir de hambre– porque se debe elegir entre dar de comer a un hijo, o dar de comer a una mascota.
Por otro lado, se muestra el esqueleto de los distintos zoológicos y parques que han albergado durante muchos años a animales salvajes, teniendo en contra a muchos proteccionistas reclamando la libertad de los mismos, pero que hoy son aliados pues comparten el interés de salvar la vida de los animales que corren riesgo de morir por inanición, un mal que no discrimina ni selecciona especies, pues mueren en conjunto animales y niños, un mal sembrado por la dictadura que hoy le está dando como fruto la suma de más muertes a su expediente, un mal que promete no parar mientras el narco-gobierno siga en vigencia.
Finalmente, fundaciones fuera del país han tendido la mano a estos seres que no merecen vivir la agonía ocasionada por una dictadura tirana sin intereses por la vida, y, acompañando su esfuerzo hay un camino emprendido por miles de venezolanos que han clamado por ayuda para los mismos, generando resultados internacionales y que no se van a rendir hasta alcanzar un país que garantiza la vida como un derecho intransmutable, que se rige por la verdad, la igualdad y sobre todo por la libertad.
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