La ciudad de Barinas cada día que pasa se hunde más en la basura. Lamentablemente, ni el gobernador, ni mucho menos la nueva alcaldesa de la ciudad, han hecho poco o nada por ofrecer un servicio eficiente para la recolección de miles de toneladas de basura que cada semana se va acumulando en los diversos puntos de la ciudad.
La recolección y disposición final de la basura en Barinas es un problema de largo tiempo. El conflicto de competencias que existía entre la alcaldía con el antiguo burgomaestre José Luís Machín y el Ejecutivo regional, que creó su propia empresa de recolección de desechos, lejos de solucionar la situación, lo que hizo fue empeorarla. No solo porque la basura no se recoge con regularidad en muchos barrios y urbanizaciones de la ciudad, sino también porque los maquinistas que trabajaban en la disposición de los desechos en el relleno sanitario decidieron suspender sus labores después de varios meses sin cobrar sus salarios.
El servicio de aseo urbano en la ciudad de Barinas lo prestan tres empresas estadales: Mancomunidad en Alto Barinas, Aseo municipal en el Casco central y en la parte baja y Esobades en varias comunidades y parte del centro. De las tres empresas solo Esobades mantiene a duras penas su servicio de recolección de desechos sólidos, con muy pocas unidades en algunos puntos y alrededores del centro. La falta de repuestos y cauchos ha perjudicado enormemente la recolección de la basura en la ciudad.
En avenidas y calles principales de Barinas, la basura regada no falta, tampoco los desechos a orillas de las carreteras y en varios barrios y urbanizaciones, el problema es más grave. En Alto Barinas la situación es tan crítica, que los propios vecinos tienen que sacar la basura de sus hogares por sus propios medios y depositarla en contenedores casi llenos en el centro o salir a los alrededores de la ciudad para descargarla en zonas no aptas para ello.
La situación en el relleno sanitario genera un poderoso foco de contaminación que afecta a más de 100 comunidades y 6.000 familias de los sectores de la parte baja de la ciudad y a la mayoría de los barrios y urbanizaciones de la parroquia Alto Barinas.
Las moscas se multiplican en época de invierno y tienen una capacidad de vuelo de hasta 6 km de radio, destacándose además los malos olores que se propagan en los alrededores del sector, lo que crea un problema de salud pública y ambiental en la capital del estado.
Es necesario que las autoridades competentes en la materia solucionen de inmediato este problema que se agudiza progresivamente.
@jorgegarciarang