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Somos un país que atraviesa por una situación sumamente difícil porque nos quieren imponer por la fuerza un modelo que en la historia del mundo fracasó, ese modelo se llama socialismo, el cual alimentado con varios de los peores sentimientos que puede albergar el ser humano y con una lógica indudablemente marxista, trata de impulsar una lucha que no existe entre los trabajadores y los empresarios. Este modelo ha servido para que una parte de la población que se sentía excluida por los anteriores gobiernos democratarrentistas se encuentre en una especie de trance hipnótico, al que poco a poco viendo la realidad que se vive han venido despertando. Este trance es típico de este sistema colectivista que lleva a creer que las sociedades y los países que adoptan el socialismo son prósperos y desarrollados, cuestión que es la más grande de las farsas.

Uno de los países que algunos dicen tajantemente que es “socialista” es Suecia, pero no es así, como estipula Isabel Pereira en su libro La Quiebra moral de un País. La verdad es que luego de la gran crisis de 1990 Suecia emprendió, con un fuerte consenso político de fondo en cuanto a la necesidad y la dirección de las reformas, una profunda reestructuración de su estado de bienestar, convirtiéndose en un verdadero pionero en Europa, particularmente en sus avances por integrar un alto nivel de responsabilidad pública por el bienestar de su pueblo con una amplia libertad ciudadana de elección y a la incorporación plena del empresariado, el pluralismo y la competencia en la provisión de los servicios públicos del bienestar.

El cambio realizado por los suecos puede ser resumido en 3 rúbricas:

–          De la gestión pública a la responsabilidad publica

–          Del monopolio al pluralismo.

–          De la asignación administrativa a la libertad de elección.

Es gracias a la apertura al capitalismo y el respeto a la libertad individual que tienen todos los seres humanos, aunado a un gran deseo de progresoel responsable que Suecia sea un país con un gran progreso y con un respeto incuestionable por los derechos humanos. Una de las expresiones más clara de eso la tiene Jorge Rivadeneyra en su libro Socialismo por Decreto donde nos comenta que la caída del Muro de Berlín, y a continuación el hundimiento de la Unión Soviética y de las “democracias populares” puso al descubierto que el “socialismo real” había sido un espejismo, una suerte de cárcel modelo con una bonita fachada. De ese desastre, lo único que sobrevive es Corea del Norte y Cuba, aun cuando hay quienes dicen que el socialismo de China y Vietnam también sobreviven, a pesar de que ya no se parecen a los sueños de libertad y justicia. El espejo se ha roto y solo queda la especulación, que así se llama a eso de la multiplicación de los rostros de quienes tratan de mirarse en los pedazos del espejo.

La oleada de automóviles huyendo del socialismo real fue como la acción de los bárbaros, pero no entrando ala roma imperial, sino saliendo del paraíso socialista, destruyéndolo mediante el abandono de los puestos de trabajo, haciendo añicos la disciplina, pero sin muertos, ni huérfanos,sin nadie que llore sobre sus despojos. Todo lo contrario: los países que eran socialistas hasta hace un ratito, se pasaron al capitalismo con desbordante regocijo.

Lo que se quiere es que los venezolanos puedan crecer cada día con sus capacidades,que puedan crecer sus hijos y tengan cada vez más oportunidades, que gocen de prosperidad, seguridad y democracia, que puedan realmente ser felices, todo eso se resumen en que los venezolanos tengan la oportunidad de soñar y de cumplir sus sueños con su propio esfuerzo, pero con el socialismo se ha demostrado que esto no es posible.

Venezuela tiene una gran labor por delante, con trabajo, respeto, libertad individual y económicavamos a lograr que todos los venezolanos tengan la posibilidad de surgir,  pero sobretodo sabiendo identificar“cuál es la verdad y qué es un espejismo” para no cometer los errores del pasado, y en esa líneacomo no recordar al Premio Nobel de Economía 1974 cuando decía:

Totalitarismo es la nueva palabra que hemos adoptado para describir las inesperadas pero inseparables manifestaciones de lo que en teoría llamamos socialismo”-Friedrich Hayek»

 Twitter: @Riverols