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A lo largo de estos años los venezolanos nos hemos opuesto a todo acto violatorio de nuestros derechos a manos de la dictadura que ocupa el poder en Venezuela. Distintos han sido los actores políticos que han ocupado la dirección de las fuerzas de la oposición en todo este tiempo y los ciudadanos hemos sido consecuentes y apegados a los dictámenes emanados por la dirigencia. Nos han mandado a votar y votamos, nos han dicho que lo mejor era abstenerse y nos abstuvimos, nos llaman a marchar y marchamos. En fin, no hay duda que la mayoría del país, al margen de estar de acuerdo en mayor o menor grado, hemos sido consecuentes y obedientes con la estrategia propuesta por la oposición. No obstante y aún saliendo victoriosos en algunas justas electorales, el mal sigue ahí, la dictadura aún ocupa el poder y busca perpetuarse.

Los ciudadanos amanecimos en el mes de enero y porque así se nos ofertó, con la convicción de que el 2016 sería el año del cambio. En el mes de marzo la MUD emitió el comunicado “hoja de ruta del cambio 2016” y en el que se convocaba al pueblo de Venezuela a movilizarnos para: lograr la renuncia de Nicolás Maduro, aprobar una enmienda reduciendo el mandato presidencial y lograr elecciones este año y activar el  referendo revocatorio. Incluso, en tal documento se nos invitaba a desarrollar una “intensa y pacífica movilización nacional para recuperar la vigencia de la constitución y rescatar la democracia, como forma eficiente de ejercer la conducta ciudadana a la que nos convocan los artículos 333 y 350”. En el mes de marzo se inició el proceso para lograr activar el referendo revocatorio y hemos cumplido a cabalidad todos los requisitos en su primera fase. Sin embargo, en estas horas, el régimen arrecia y busca ponernos entre la espada y la pared, a través de pretender imponer unas condiciones inconstitucionales, ventajistas, violadoras de nuestros derechos y que aun salvando todas sus arbitrariedades nos llevarían de acuerdo al cronograma propuesto a un posible referendo para el año 2017, acabando con la posibilidad de que a través de este instrumento se cumplan los objetivos de la hoja de ruta para el cambio este 2016.

Hasta la fecha todo lo que hemos hecho ha sido bajo lo establecido en la Constitución y en ejercicio y defensa plena de nuestros derechos y así debemos continuar. Lo que corresponde ante el chantaje de la dictadura, a través de sus voceros para asuntos electorales, es ejercer la debida presión ciudadana en las calle para lograr dos objetivos irrenunciables: que la recolección de las firmas del 20% se realice de acuerdo con lo contenido en el artículo 72 de la CRBV y que el referendo revocatorio sea efectuado este año 2016.

Aquí no se trata de adaptarnos a condiciones que vayan contra nuestros derechos, porque así lo decidió el CNE. Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos, no al revés. De manera, pues, que los ciudadanos tenemos el derecho y el deber de ejercer nuestra soberanía y nuestros dirigentes la obligación de ser conductores y garantes del ejercicio de la misma. El país y el momento histórico así se lo demandan. En ustedes confiamos.

@JoseAVega