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La revolución chavista fracasó

Venezuela, para el gobierno la propaganda siempre fue más importante que la realidad. Por eso, lograr el control hegemónico de los medios era fundamental, así como la censura, la autocensura y el miedo. Se controla casi todo lo que se informa y se informa solo lo que conviene. Debido a esto, instituciones que tienen el mandato de publicar datos importantes para cualquier país, como el Banco Central, deciden no divulgar las cifras oficiales de inflación desde enero de este año.

Hemos llegado a tal extremo de lo absurdo, que el analista financiero y bloguero Miguel Octavio, concurrió durante nueve meses a la misma arepera y pidió la misma arepa. Resultó que comparar la variación de precios mes a mes, fue la mejor manera de conocer el nivel real de la inflación. Seguramente, como Octavio, son millones los venezolanos que no necesitan un informe del BCV para darse cuenta de que vivimos en el país con la inflación más alta del mundo.

Pero éste no es el único problema económico que nos aqueja. La escasez y la caída en el poder adquisitivo también atormentan a las familias venezolanas. De acuerdo a las estadísticas ofrecidas por la encuestadora Keller & Asociados para el tercer trimestre de 2015, 76% de los encuestados afirman tener una situación económica negativa y 81% tiene una visión pesimista del devenir económico en los próximos meses. Se ha perdido tanto en materia económica que hasta la esperanza está quebrada.

Además de lo económico, también los datos sobre la situación social y política son alarmantes, según el mismo informe. El gobierno no es percibido como un ente capaz de sacar al país de la situación económica actual y el presidente tampoco. 76% considera que Maduro no puede resolver la crisis y su apoyo popular se ha erosionado de forma vertiginosa. Desde que comenzó a gobernar, ha perdido casi 30 puntos porcentuales de popularidad: 5 millones 600 mil venezolanos le quitaron su apoyo.

Otro dato relevante, a largo plazo más que los anteriores, es que al ser consultados sobre el desarrollo de la revolución chavista, 61% afirma que ésta fracasó, contra un 24% que no está de acuerdo con dicha apreciación. Cada vez son más los venezolanos que entienden que esta profunda crisis que estamos viviendo no es solamente resultado de la mala administración del actual gobierno, sino una ineludible consecuencia de un modelo que no funciona y que se implementó hace 16 años.

La quiebra económica, social y moral son parte de un plan que se aprovechó de la desesperación de la gente, sobre todo de los más pobres. La revolución chavista fracasó como consecuencia de un modelo inviable que además se complementó con niveles de corrupción e ineficiencia nunca antes vistos. Hoy, la gran mayoría de los que alguna vez fueron engañados abrió los ojos y no volverá a cerrarlos nunca más.

Vivimos el epílogo de una historia que no podía terminar de otra manera. Un final inevitable para un modelo inviable.

Twitter: @MiguelVelard