Hoy me pidieron que mencionara cinco razones por las cuales el venezolano sale a la calle en estos días de conflicto. Pensando en la respuesta que le daría, decidí compartir mi reflexión al respecto.
Los venezolanos tenemos más de 18 años resistiéndonos a este régimen. Al principio, las protestas fueron por las necesidades más básicas y cercanas a la familia: la educación de nuestros hijos, el mal funcionamiento de los servicios públicos, los presupuestos universitarios, reivindicaciones laborales, o el poco poder adquisitivo del salario en nuestro país. En cada rincón de Venezuela, casi cotidianamente, se ha registrado en todo este tiempo algún tipo de protesta ciudadana en la calle, en los tribunales, en la puerta de las instituciones oficiales. Por supuesto, el cerco mediático ha hecho que no sean tan visibles, pero quien lo quiera conocer solo tiene que revisar los reportes del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, el Observatorio Educativo de Venezuela o los informes de Provea, por decir unos pocos.
Ahora bien, con el paso del tiempo, las razones por las cuales la gente sale a la calle y protesta han venido transformándose y aumentando. Nos hemos ido dando cuenta de que más allá que una reivindicación salarial, de beneficios laborales, de mejora de uno u otro servicio público, existen razones de fondo, de raíz, que si no cambian, nada más cambiará. Por eso, no es casual que hoy escuchemos en cada espacio donde se protesta, ante la pregunta ¿qué queremos? la respuesta sea unívoca, en todos lados: LIBERTAD.
Reclamamos libertad, para pensar como nos parezca sin ser señalados, para asociarnos con quienes queramos sin ser perseguidos, para estudiar lo que mejor se nos acomode, para emprender y ser dueños de nuestros logros y prosperar, para trabajar en lo que nos guste y que sean nuestros méritos quienes signen nuestro futuro, libertad para vivir donde queramos.
¿Y quiénes son los responsables de que no tengamos esa LIBERTAD hoy en día en Venezuela? La respuesta también es inequívoca: Maduro y su régimen corrupto y mafioso. Por eso protestamos, y salimos día tras día a la calle, para reclamar su salida, porque mientras eso no ocurra, lo demás no mejorará. Y cada día vamos con más ímpetu, más fuerza y más convicción, porque el venezolano es de espíritu libre, y eso el régimen no ha podido conculcarlo, por más que lo ha intentado.
Cada venezolano tiene una razón muy personal para salir a luchar. Cada familia en nuestro país ha vivido en estos años su propia tragedia, y esa es su razón para resistir y luchar incansablemente. Por eso es tan intensa la fuerza que se siente cuando estamos en la calle. Pero hay algunas razones, que por su magnitud, son comunes a todos.
En este camino, especialmente en estos recientes 121 días, han caído 109 venezolanos. Jóvenes en su mayoría, todos luchando por rescatar a nuestro país de este desastre. Pero, solo en esos mismos días, producto de la inseguridad y la violencia, son más de 8500 venezolanos los que han perdido su vida. Y esa terrible cifra es sin sumarle los bebés que han fallecido en los hospitales, los niños que han fallecido de desnutrición, o aquellos enfermos cuyas dolencias los han vencido, por no encontrar el tratamiento para curarse. Este régimen le ha costado al país demasiadas vidas. Desde 1998 a esta parte, son más de trescientas mil vidas segadas injustificadamente. Y si a eso le sumamos los más de 2 millones de venezolanos que ahora viven fuera de nuestras fronteras, el resultado es muy doloroso.
También por centenares de presos políticos, cuyos corazones y mentes están con nosotros, acompañando nuestra lucha, aunque físicamente estén en las peores condiciones de encierro que imaginemos. Y miles de heridos, producto de la brutalidad de los cuerpos de seguridad de la dictadura, que no puede comprender el significado de las banderas, los escudos, las canciones. Miles de venezolanos cuyas propiedades han sido atacadas, expropiadas, invadidas, destruidas, en estos 18 años. Por un lado los jóvenes que ven su futuro en riesgo con este régimen, pero también los mayores, que dedicaron toda su vida al país, y hoy ven comprometidos los años en los que pensaban estar tranquilos, disfrutando de sus familias y el fruto de su trabajo.
Todo arrebatado por un régimen que no entiende de libertad, o quizá le teme tanto, que aplica la represión más brutal que se haya visto antes. No nos merecemos esto. Por eso, no hay vuelta atrás. No puede haberla. Lo hemos dado todo.
Todas esas son razones por la que seguimos en la calle. Porque todo ese dolor no puede haber sido en vano, y porque es necesario el reencuentro, volver a la alegría y el color de un país que crecerá y será próspero a partir del aporte de todos, los de acá y los que están en cada rincón del mundo.
Por último, estoy segura que lograremos vencer en esta lucha. Además, y quiero detenerme en esto, lo haremos en mejores condiciones que antes. Los que nacimos en democracia, asumimos quizá sin saberlo que la libertad estaba dada, que era una certeza.
Nos descuidamos, y no ejercimos nuestra responsabilidad ciudadana para defenderla. Hoy día sabemos que nuestro deber como ciudadanos es trabajar cada día, en cada espacio, porque esa libertad se fortalezca. Pero además hoy, la mayoría de los jóvenes que están luchando, no conocieron aquella democracia, ni aquella libertad. Por eso pienso que el futuro está seguro. Porque contará con quienes vivimos la pérdida, y ya conocemos lo que se siente, por lo que seguiremos orientando y apoyando a los más jóvenes. Pero también están ellos, que con su propia experiencia saben ahora lo que cuesta alcanzarla. Por eso la defenderán con toda su fuerza, como ahora luchan por ella. Por eso, ganaremos. Porque vamos todos, por la LIBERTAD.
@caramos61