Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

Episodio 1

Leo, con un nudo en la garganta, el relato de un terrible asesinato en el Zulia, a un joven estudiante y trabajador de 21 años que regresaba del trabajo, con su madre, y le arrebataron de un tiro la vida, en la puerta de su casa, por no entregar el morral con suficiente velocidad (http://bit.ly/1Fj8BSY)

El nudo en la garganta no fue solamente por lo trágico y doloroso del suceso, sino porque me trajo de inmediato a la memoria un episodio personal vivido muy recientemente, en el que también hubo un arma, también un atraco, aunque afortunadamente para nosotros, no hubo tiro alguno. Se me estremece el cuerpo de pensar en el poder del azar, en la vulnerabilidad, en lo expuestos que estamos todos con solo salir a la calle en este país gobernado por malandros y antisociales insaciables de poder y fortunas rápidas.

Episodio 2

Me visita una amiga de la infancia uno de estos días en que tuve que quedarme en casa realizando diligencias domésticas. Me pregunta “¿sigues en el mismo trabajo?”, le respondo que sí. Me mira con angustia y me pregunta “¿crees que saldremos de ésto?”. Suspiro antes de responder. La incertidumbre, la angustia de los sucesos más recientes, todo me viene de un golpe a la mente, pero lo retengo allí, y le respondo que sí, que saldremos de ésto más temprano que tarde.

Mi respuesta no le satisface, me increpa “¿cómo?” y antes de que pueda responderle me dice categórica: “mientras haya gente que sigue aprovechándose de esta crisis, no hay nada que hacer”. Y me llena de historias de corrupción y de abusos oficiales y no tan oficiales, que son el pan nuestro cotidiano en este pueblito en el que vivimos desde niñas. No salgo de mi asombro.

Episodio 3

En las últimas semanas han sido demasiadas las noticias y las historias de más venezolanos que tomaron la decisión de irse. Tengo que confesarles que también lo he pensado, como dijo mi querido Weil, “¿qué venezolano no lo ha pensado?”.

Vengo de una familia de emigrantes. Vinieron a Venezuela huyendo de un país destruido por una cruenta guerra civil, de la libreta de racionamiento, de la falta de oportunidades. Mis padres se conocieron aquí, en Venezuela, y aquí se casaron.

Y tienen más años aquí, muchos más, que los que vivieron en el país en el que nacieron. Me enseñaron a querer aquel país, mientras se arraigaban en éste, donde forjaron sus vidas, y las nuestras. Me estremezco por igual con el alma llanera nuestra, como con una malagueña canaria. Sé lo que es vivir esa dualidad de amores en lo profundo del alma, ese arraigo que trasciende el Atlántico.

Siempre que podíamos, íbamos de vacaciones, y cuando ya nosotros éramos adolescentes, mis tíos muchas veces nos dijeron que regresáramos, pero mis padres nunca han querido dejar este país.

En estos días, hay momentos en los que pienso si no estaré siendo ciega, o egoísta, al permanecer aquí, con mis tres hijos adolescentes, en lugar de hacer como mis padres, y buscarles una vida diferente en otras fronteras. Sí, lo he pensado.

Epilogo

En medio de toda esta vorágine de sentimientos, me encuentro con mis hijos, ilusionados con las carreras que están estudiando. Los escucho hablar de emprendimiento, de valores, de planes a futuro.

Me encuentro con los jóvenes con quienes comparto este espacio de construcción de un futuro mejor, hablando de libertad, defendiendo el derecho a defenderla.Escucho a los periodistas perseguidos, a los productores agrícolas cuyas tierras les fueron arrebatadas, a las señoras que se niegan a hacer las colas, a los abogados que siguen luchando porque haya justicia, y vuelvo a la vida.

No sé por cuánto tiempo. Pero me doy cuenta de que aún hay tanto por hacer, tanta gente con la que compartir la esperanza de que sí tendremos un futuro para todos. Lo seguiré haciendo desde mi espacio, contribuyendo con los jóvenes, fortaleciendo su formación en valores ciudadanos y libertarios; y propiciando que las ideas, el debate, el conocimiento, nos llenen de sentido y de fuerza para luchar, hasta vencer.

Coordinadora Nacional de Formación. Vente Venezuela
Twitter: @caramos61