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El pasado 9 de octubre el pueblo de Colombia fue sometido a un plebiscito o consulta popular para decidir si sería aprobado el acuerdo de paz negociado durante cuatro años entre el gobierno del presidente Santos y las FARC. Sin duda alguna que este acuerdo tiene gran significado para Colombia ya que en teoría, implicaba ser aprobado el cese de las actividades hostiles de ese grupo revolucionario en procura de paz luego de más de 52 años de lucha armada.

El pueblo se expresó cívicamente y votó por el NO, a pesar del mensaje que se quiso transmitir en el acto oficial de firma del acuerdo al contar con el apoyo y presencia de varios presidentes y del Secretario General de la ONU. Sin embargo, los colombianos con su voto dejaron claro que no quieren paz con impunidad. No es fácil dejar atrás el dolor y tragedia a familiares de más de 220 mil asesinados y millones de desplazados aun cuando se apliquen principios de justicia transicional.

Es importante resaltar o ver la radiografía de esa votación y el mensaje que nosotros los venezolanos debemos tomar: según el órgano electoral colombiano, fueron convocados casi 35 millones de colombianos; participó sólo un 37%, lo cual implica un 67% de abstención; 50,21% votaron No y 49,78% por el Sí. Ello significa que de un universo de votantes de unos 35 millones sólo unos 12 millones aproximadamente acudieron a las urnas quedando sometidos los 23 millones de votantes que no acudieron a votar a la decisión que 12 millones tomaran. A pesar de lo trascendental del revés y el costo político, Santos reconoció la decisión del pueblo.

Próximamente nos tocará acudir a firmar para recoger el 20% necesario para activar luego el referendo revocatorio. De nosotros depende el resultado que queremos y esperamos ocurra.

A pesar de los difíciles momentos que vive el país ante el hambre, la creciente escasez de alimentos y medicinas, la pujante inseguridad, el control y manejo por parte del Estado de las instituciones que se deben a los ciudadanos y la desesperanza que ello conlleva, debemos acudir a firmar.

No debemos permitir que más de un 80% de rechazo al gobierno sea derrotado por no acudir a firmar por miedo a retaliaciones del régimen, conveniencia, desesperanza, entreguismo y desconfianza en un CNE al cual estamos obligados a exigir el cumplimiento de la Constitución. Tenemos que hacernos sentir durante esos 3 días y luego demostrar que la voz del pueblo es la que manda, que debe respetarse y que no hay presidente, ni TSJ, ni grupo político ni falsas revoluciones que puedan detenerlo. No hay excusas, es ahora o nunca. El futuro de nuestro país depende de nosotros.

@Eduardolawyer